Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de cabrito norteño con frejoles, acompañado de arrocito graneado, sarsa criolla y rocoto molido. Para tomar, pidió una jarrita de chicha morada heladita. “María, un nuevo ampay reveló que la relación entre el jugador del Cienciano, Paolo Hurtado, y la ‘tombita’ Jossmery Toledo, sigue viento en popa.
Ambos ya no se esconden y hasta ella comparte con la familia del exseleccionado. Pero lo más indignante son los chats entre Hurtado y su aún esposa, Rosa Fuentes, donde él le advierte que ‘se viene la guerra’ por las posesiones que tienen como sociedad conyugal.
Al futbolista parece no importarle que Fuentes tiene un embarazo peligroso y se enfrasca en una pelea, pese a estar en falta pues le fue infiel a la madre de sus hijos. En lugar de mantenerse callado y con bajo perfil, se muestra cual quinceañero enamorado sin percatarse de que estas actitudes afectan a sus hijos, aún menores de edad, quienes seguro deben ser la mofa de sus compañeritos.
Y no hablamos de un muchacho, sino de un hombre de 32 años que se supone ya es maduro como para pensar, reflexionar en lo que hace. Que esto sirva de ejemplo a otras parejas para no hacer lo mismo. Cuando se acaba una relación donde hay niños, el primer pensamiento de esposo y esposa deben ser los hijos.
Ellos pueden seguir peleados toda la vida, pero por los retoños se deben comer todos los sapos y desprenderse de bienes en busca de su felicidad. Ahorita alguien debe sentarse a conversar con el jugador y hacerlo reflexionar. Lo mejor es hacer lo que pide Rosa Fuentes: conciliar. Si ya la relación terminó, no queda otra que pensar en los hijos.
Por eso, aquí les dejamos algunos consejos:
- Evita pelear con tu pareja delante de los hijos. Tampoco ventiles tus problemas en televisión o prensa escrita. Eso debe ser un asunto de cuatro paredes.
- Dales estabilidad emocional a tus niños tras la separación. No dejes de estar a su lado, llamarlos o acudir al colegio. Llega a un buen acuerdo con tu expareja para determinar de común acuerdo los días en que cada uno tendrá a los hijos.
- Quien se va de casa debe mantener la comunicación constante con los hijos. El contacto será para transmitirles calma, nunca para criticar al otro progenitor.
- No critiques la toma de decisiones del otro progenitor, compensar su ausencia con regalos o expresarse negativamente del otro padre. Todo esto, por el contrario, les restará autoridad a ambas partes.
- No uses a tus hijos como mensajeros o para obtener información de la expareja. Olvídate del padre o madre de tus hijos. Empieza una nueva vida.
- Mantente atento a una serie de problemas emocionales y de conducta que suelen presentarse en los hijos de padres separados”. Buenos consejos. Me voy, cuídense.