Al ser padres asumimos la responsabilidad de educar a nuestros hijos, darles comida, techo y condiciones de vida saludables.
Los niños hoy en día saben algo que en mis días no existía y son “Los derechos de los niños”.
Me pareció una idea genial que un niño le diga a su padre que no fume delante de él porque lo contamina y lo va a enfermar, atentando contra su vida.
Se imaginan si uno de estos derechos dijera: “Tengo derecho a que no me engordes papá”.
Es dramático pero real; el asumir la educación de un niño no es pagarle una escuela y que allí vea que hace; la educación empieza en casa; y educarlo en la alimentación con buenos hábitos alimentarios es el mejor signo de hacer lo correcto con nuestros hijos y no esperar que el pediatra nos dé una reprimenda por lo mal alimentados que están nuestros hijos y lo enfermos que los vamos a hacer crecer.
Es pues este el punto de inicio, esos controles periódicos al pediatra que nos dará las pautas necesarias para saber si estamos en buen camino o no.
La mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos quizás no sea solo una buena educación sino una buena salud.
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