La exposición a factores teratógenos durante los primeros meses de embarazo, cuando los órganos y los sistemas del feto están en desarrollo, es especialmente crítica.
Sus efectos pueden variar según la dosis, la duración de la exposición y el momento en que se produjo. En algunos casos pueden no ser evidentes al nacer y aparecer más tarde en la vida.
Uno de los factores teratógenos más conocidos es el alcohol. Su consumo durante el embarazo puede causar el síndrome alcohólico fetal, que puede provocar anomalías congénitas, malformaciones faciales y cardiacas, retraso en el crecimiento y problemas neurológicos en el feto.
El tabaco también es muy común y fumar durante la gestación puede aumentar el riesgo de problemas de salud en el feto, como bajo peso al nacer, parto prematuro, anomalías congénitas como labio leporino o paladar hendido, así como defectos respiratorios.
Las drogas ilegales, como la cocaína y la heroína, pueden aumentar el riesgo de defectos congénitos graves, como problemas cardiacos y defectos neurológicos. Asimismo, algunos medicamentos recetados, por lo que es importante que las embarazadas consulten con su médico antes de tomarlos.
Ciertas infecciones (rubéola, toxoplasmosis, varicela y citomegalovirus) durante el embarazo también pueden aumentar el riesgo de malformaciones.
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