La historia de Carmen Ricapa Mendoza es prueba de esfuerzo y compromiso. Lleva varios años en el rubro de abarrotes y siete al mando de ‘Marquen Yuju Yuju’, la bodega que abrió en la urbanización Santa Catalina, en La Victoria.
“He trabajado mucho tiempo como cajera en supermercados hasta que decidí poner mi tienda. Además, toda mi familia se dedica a las bodegas, lo llevamos en la sangre, ja, ja, ja”, bromea la comerciante.
‘La gringa’, como la llaman de cariño vecinos y ‘caseritos’, revela que su sueño es abrir un minimarket familiar y, asegura, ya está en camino de lograrlo. “Aquí hay todo lo que las familias necesitan. Víveres, licores, golosinas, frutas, verduras, carnes, productos de las mejores marcas porque nuestro público es variado. No tenemos nada que envidiar a los supermercados porque aquí tenemos de todo”, dice orgullosa.
BUEN HUMOR
Hay dos cosas que jamás faltan en su tienda: música y un sentido del humor único. Y es que Carmen sabe que una bodega se debe a los clientes y por eso, los engríe y atiende con la chispa que la caracteriza.
“He colocado dos mesas afuera porque a partir de las 4 de la tarde vienen mis ‘caseros’ a tomarse su gaseosita. Y para que se sientan más a gusto y no se vayan a otro lado, les pregunto qué música quieren escuchar y la pongo a buen volumen”, indica la dueña, quien nos confía que con el dinero que gana paga la carrera de Psicología de su único hijo.
BIEN ALERTA
Carmen es consciente de que la delincuencia no cesa en su accionar y, aunque no ha sufrido ningún asalto, prefiere tomar sus precauciones. Tiene instaladas varias cámaras de videovigilancia en su local y las monitorea constantemente. A ella nada se le escapa, incluso presta más atención cuando entran muchachos con mochilas o bolsas grandes.
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