El cáncer de cuello uterino sigue siendo una de las principales causas de muerte por neoplasias en mujeres, pese a ser una enfermedad altamente prevenible. La principal herramienta para detectarlo a tiempo es el examen de Papanicolaou y la colposcopía.
La ginecóloga Eva Obregón explica que el cáncer de cuello uterino está relacionado con el virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual muy frecuente.
“Todas las mujeres que han iniciado su vida sexual están expuestas al virus, incluso aquellas que solo han tenido una pareja”, señala. Existen más de cien tipos de VPH y algunos son de alto riesgo para desarrollar cáncer.
El Papanicolaou es un examen sencillo y rápido que consiste en tomar una muestra del cuello uterino para detectar alteraciones precancerosas antes de que se conviertan en cáncer. Si se detecta alguna alteración, se indica una colposcopía, que permite observar el cuello uterino con mayor detalle y tomar una biopsia si es necesario.
La ginecóloga recalca que no debe existir vergüenza ni miedo, ya que se trata de un examen que puede salvar vidas. “Deben realizarse el Papanicolaou una vez al año”, enfatiza.
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