La actividad en el hogar es a menudo una tarea nada desdeñable, pero resulta monótona y también estresante. Y dentro de las múltiples funciones que tienen que realizar las amas de casa, sobre todo las madres, existe una preocupación constante en ellas: el control del peso.
Aunque suene repetitivo, la alimentación es al organismo lo que la gasolina es al auto. Solo deben nutrirse según la energía que gastarán durante el día, teniendo en cuenta siempre que necesitan estimular las defensas del organismo, combatir la oxidación y equilibrar ciertas carencias.
Dieta ideal
Para ellas son revitalizantes las zanahorias por su aporte de vitamina A, así como los jugos y las verduras crudas ricas en vitamina C. Deben aumentar la ingesta de maíz y palta, excelentes fuentes de vitamina E.
Las menestras y las carnes blancas (de pollo o gallina) le otorgan hierro y los mariscos, selenio y magnesio.
Lo mejor será que huyan de los dulces industriales y los excitantes, como el café, las gaseosas y el exceso de sal que otorgan un bienestar pasajero. Se podría optar, en cambio, por abundante frutas secas y cereales.
STOP
Después de una agotadora jornada, en lugar de relajarse frente al televisor, lo más beneficioso será un baño caliente al que pueda añadir unas gotas de lavanda. Una música tranquila y el silencio absoluto durante la ducha potenciarán su efecto.
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