Por su atroz crimen, su esposa irá al cementerio y él a la cárcel. Los más perjudicados son sus cuatro hijos, quienes se quedaron sin mamá y papá, pero Gino Villegas Arévalo (47) pagará su delito con la máxima pena, la prisión de por vida.
Para el abogado penalista, Álvaro Peláez, el asesino podría recibir una pena de hasta cadena perpetua, tal como lo dispone el artículo 108 – B del Código Procesal Penal para el delito de feminicidio.
Detalló que el detenido incurrió en agravantes como violencia familiar y, además, actuó con ‘crueldad y ferocidad’.
Por su parte, la Fiscalía Especializada en Violencia contra la Mujer continúa con las investigaciones.
Familiares de Ingrid Arizaga exigieron la máxima pena para el homicida, quien le disparó tres balazos cuando ella estaba trabajando. “Tiene que pagar por lo que ha hecho, que nunca salga de la cárcel”, dijo Rafael Arizaga, padre de la difunta.
TORMENTO
Gino Villegas hizo de la vida de su esposa, Ingrid Arizaga Bandín (37), un continuo infierno, según los deudos, quienes velaron ayer el cadáver en su vivienda del Callao.
Ambos se conocieron cuando eran jóvenes, pues eran del mismo barrio chalaco de Constanzo. Se casaron y llegaron a tener cuatro hijos, pero la vida en el hogar era un tormento.
Rafael Arizaga afirma que durante los 18 años que estuvieron juntos, su hija sufrió constantes maltratos físicos y psicológicos, pero se negaba a denunciarlo y alejarse de él. Cuando ella lo dejó, él la mató.
“Los peleas más fuertes ocurrían cuando él tomaba y llegaba borracho a su casa. Le pegaba delante de sus cuatro hijos”, relató.