María Elena Moyano siempre defendió la vida. Hoy, a 25 años de su cruel asesinato a manos del grupo terrorista Sendero Luminoso, sigue siendo recordada como la 'Madre Coraje' de Villa El Salvador.
Moyano no solo creía que la revolución era la afirmación de la vida, también buscaba que el papel de la mujer peruana sea más protagónico, por eso fundó la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador.
"El problema es que las mujeres no han dirigido la comunidad, han aportado con trabajo, con su esfuerzo y para eso se ha creado la Federación de Mujeres, para que las mujeres no solo aporten con su trabajo y su esfuerzo, y que no solo sean una masa de trabajo, como peonas, sino que las mujeres también sepan dirigir", dijo la lideresa popular en ese entonces.
EL ASESINATO DE MALENA
“Vienen por mí, a matarme”. Un 15 de febrero como hoy, el día del cumpleaños de su hijo mayor, María Elena Moyano fue cruelmente asesinada por Sendero Luminoso.
Era 1992, y tal como relata la Comisión de la verdad y Reconciliación en la página ocho, una mujer disparó contra María Elena Moyano cuando se encontraba en una pollada con sus hijos y la amiga que los cuidaba.
“Tápense la cara porque su mami va a escaparse”, dijo María Elena a sus hijos antes de que ocurriera todo. "La mujer disparó contra María Elena en el pecho y la cabeza. Cuando cayó al suelo, sus asesinos la arrastraron hasta la salida donde le colocaron aproximadamente cinco kilos de explosivos. La explosión destrozó su cuerpo y sus restos quedaron esparcidos en un radio de cincuenta metros aproximadamente. La confusión era total. Cuando los hijos de María Elena levantaron la cara, dijeron: “Mami logró escapar” y salieron corriendo por la parte de atrás del local", indica la CVR.
Esther Flores, compañera y amiga de María Elena Moyano, describió así lo que vio cuando cuando llegó al local:
"Yo llegué seis cuarenta y cinco muy alegre pensando que ella ya había llegado... Cuando bajo y me encamino para entrar había mucha gente que salía despavorida gritando y muchas compañeras se acercaron a mí y me dijeron: por favor no vayas, que acaban de
matar a María Elena y que también te pueden matar a ti, por favor no vayas. Pero yo avancé unos pasos más adelante....Lo que vi, fue un cuerpo destrozado, los intestinos tirados, la cabeza en el techo, y la sangre que bañó toda la pared del local, que era blanca y roja en ese momento".