Los remanentes terroristas en el Vraem se habrían separado en dos grupos tras la captura del hijo de Víctor Quispe Palomino, ‘Camarada José’, hace unos días en la localidad de Mayapo, ubicada en la provincia de Huanta, en Ayacucho.
El especialista en temas de narcotráfico y terrorismo, Pedro Yaranga, publicó esta noche que el cisma se produjo en el corazón del llamado Militarizado Partido Comunista del Perú, que operada desde hace décadas en la selva.
“Cisma en el grupo terrorista de los remanentes del Vraem del PCP-SL. Camarada ‘Antonio’, máximo mando militar de la organización, con toda su columna, huyó con destino desconocido. Todo fue porque ‘José’ - el jefe de la organización - le culpó por la reciente captura de su hijo”, escribió en la red social X (Twitter).
Como se sabe, la semana pasada, cuatro terroristas fueron capturados luego de que la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) realizara un megaoperativo denominado ‘Lobo-II-2023′, en el que también participaron las Fuerzas Armadas (FFAA), dentro del Centro Poblado Mayapo, ubicado en el distrito de Llochegua, provincia de Huanta (Ayacucho).
Uno de ellos, identificado como José Quispe Zúñiga, de 24 años, es hijo del líder senderista Víctor Quispe Palomino, quien es primer miembro y secretario general del MPCP.
‘José hijo’ era un brazo importante para su padre y esperaba asumir un cargo mayor en la organización terrorista.
Los demás detenidos fueron identificados como: Iván Quispe Vargas (23), alias ‘Gabriel’, hijo del abatido ‘camarada Gabriel’, Antonio Quispe Palomino y la ‘camarada Vilma’, Flora Vargas Figueroa; Romeo Campos Mancilla (19), ‘Romeo’ y Jheyson Andrés Ramos Andrade (24), ‘Andrés’.
El Comando Conjunto de Las Fuerzas Armadas (CCFFAA) informó que tanto ‘José Hijo’ y ‘Gabriel’ eran miembros del Comité Permanente de la organización terrorista.
Se les incautó municiones, volantes de índole terrorista, celulares, radios de comunicación de corta distancia, códigos para realizar enlaces radiales de comunicación entre integrantes de la misma organización y con personas de confianza. Con dichos artefactos podían acceder a datos privilegiados que les habrían permitido conocer qué trabajos venían realizando las FF.AA y la PNP para atentar contra ellos.
Los detenidos habrían participado en el atentado terrorista registrado en febrero de este año donde siete policías fallecieron y uno quedó herido dentro de la jurisdicción de Pichari, La Convención (Cusco). También habrían sido parte de una emboscada realizada en diciembre del 2020 en la que falleció un efectivo de la Marina de Guerra del Perú y otros tres marinos resultaron heridos, ocurrida en Vizcatán del Ene, Satipo, (Junín).
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