Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines rojos con carne molida, bastante quesito parmesano rayado, un puntito de picante y, para tomar, una agüita de hinojo calientita. “María, seguramente te habrás topado con más de una persona con bastante facilidad para hacer amigos, para expresar sus ideas y que le cae bien a todos. No necesariamente son los más guapos, los más inteligentes ni los más preparados. Pero sí tienen habilidades sociales. Estas pueden ser aprendidas y desarrolladas con la práctica. Con ellas se hace mucho más fácil triunfar en lo personal y profesional. Los psicólogos dicen que la mayoría tiene muchas de esas habilidades:
Siempre optimista: Ayuda a ver la vida con buenos ojos y a no tener pensamientos negativos. Funciona en lo personal y laboral. Siempre atrae a los demás.
Demuestra humildad: Los arrogantes, los que miran por encima del hombro a los demás, hablan con suficiencia y se creen mejores, son rechazados siempre.
Muestra compasión: Implica tener conciencia del sufrimiento de los demás y va con el deseo de aliviarlo. A todos nos gusta rodearnos de gente así.
Disciplina: Es quien cumple de manera voluntaria con un método sistemático en un entorno determinado. Demuestra autocontrol y es bien visto.
Siempre esmerado: Los demás saben cuándo se ha trabajado muy duro para conseguir algo, y solo con eso se puede ganar el respeto y el reconocimiento.
Sé paciente: La mayoría de las molestias que enfrentamos tienen que ver con otras personas. Nada se soluciona desesperándose. Mejor relájate.
Muestra amabilidad: Significa ser accesible a los demás y escuchar con atención. Esta habilidad es imprescindible para relacionarse con los demás.
Siempre cortés: Implica valorar y respetar a los otros. Los educados tienen más posibilidades de triunfar.
Saber escuchar: Es dar importancia a lo que el otro dice. Si no sabes escuchar, serás incapaz de aprender, de entender una crítica constructiva.
Saber perdonar: A veces es difícil, pero el rencor reduce las oportunidades de profundizar en una relación y de relacionarse de manera positiva con los demás.
Resiliencia: Es la capacidad de sobreponerse al dolor emocional y fracasos. Ayuda a sobrevivir y prosperar.
Responsabilidad: Es ser dueño de tus problemas y errores, asumir la responsabilidad de tus propias acciones y trabajar para mejorarlos.
Siempre honesto: Es decir la verdad y asumirla, ser razonable, justo, honrado e íntegro. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás”. Qué buenos consejos. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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