Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su rica carapulcra chinchana con carne de res, chancho y gallina. También se pidió una jarrita de anís al tiempo para bajar la grasita.
“María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con el misterioso periodista de Policiales, ‘El Sonámbulo’. Lo noté inquieto: ‘Gary, mis alumnos están desconcertados, algunos ya se están desanimando, porque antes querían seguir mis pasos y especializarse en la crónica policial, pero ahora con tantos crímenes horrendos de psicópatas, se están arrepintiendo, por eso les preparé una charla sobre el tema.
Me preguntan si antes había crímenes menos horrendos que ahora. Les digo que sí. Creo que era porque la sociedad no era tan enferma como la actual. El caso del japonés Mamoru Shimizu, que mató a garrotazos a dos familias, siete personas, incluidos tres niños, ocurrió en 1944 y hasta ahora se recuerda. El crimen del ‘Descuartizador de Lima’, Ángel Díaz Balbín, asesinado por el psicólogo Mario Poggi en la misma dependencia de la policía, ocurrió en 1986. Había de todo.
Por un lado, los más ‘rankeados’, las bandas de asaltantes de bancos, como ‘Django’. Esos arriesgaban sus vidas y muchas veces la policía los abatía y quedaban tirados en la puerta del banco, con ropa muy elegante. Pero si ellos mataban a un policía, se iban derechito al paredón de fusilamiento en la época militar. Luego, estaban los ‘monrreros’, los rateros de grandes almacenes y empresas. Después los ‘elegantes’, los asaltantes de residencias, como la banda del ‘Loco Perochena’ o ‘La Gringa’.
Pero lo de hoy es distinto. Ahora te matan por robarte un celular. Asaltan con pistola a escolares y a madres que pasean a sus bebés en un cochecito. Los psicópatas no solo asesinan a sus parejas, sino decapitan sus cuerpos, los queman, los entierran en cilindros llenándolos de cemento y cal. Mentes salvajes matan a la pareja y a los hijos menores a martillazos.
¿A dónde estamos llegando? En Huaraz, el ‘Loco del Cuchillo’, de solo 18 años, se dedicaba a clavar el chaveta a sus víctimas indefensas en la yugular y luego se iba caminando como si nada. Luego iba a la tienda a comprar otro cuchillo y se cuidaba bien de que no lo filmen las cámaras. Esos miserables ahora se hacen los locos, pero no lo son. Saben bien lo que hacen. Comprendo a los alumnos que están asqueados y asustados, porque la violencia y los crímenes de psicópatas han aumentado alarmantemente. No hay una cultura de salud mental en el hogar ni en los colegios”. Pucha, ese señor ‘El Sonámbulo’ es un verdadero maestro. Me voy, cuídense.