El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso picante de mondongo con arrocito blanco, rocotito molido y su jarra de emoliente con linaza y cebada para bajar la grasita. “María, la semana pasada te estaba contando del encuentro que tuve con el famoso doctor Chotillo en el sauna. Estábamos en plena conversación cuando se apareció el gran Pancholón.
En medio de las burbujitas del jacuzzi, cervecitas heladas y ‘Trampolín’ de ‘El Gran Combo’, se escuchó este diálogo.
PANCHOLÓN: Chotillo, ¿de cuándo acá eres ganador con los pantaloncitos? Nunca te conocí una flaca de buen puntaje. Tú solo vales por lo que tienes en la billetera, no entiendo cuál es tu mérito si pagas por un beso en la mejilla.
CHOTILLO: Gordito, no me relojees. Ya pagué derecho de piso, ahora estoy elegante, ‘chocolate’, y cada vez que entro a una discoteca ‘ficha’ y al hipódromo, acaparo miradas. Los fines de semana voy a ver a mis caballos, mientras tú ni vacunas a tu perro chusco...
PANCHOLÓN: ¿Qué hubiera sido de ti si no me cruzaba en tu camino? Ni las moscas se te pararían...
CHOTILLO: No me florees, la verdad es que ahora salgo en televisión y tú estás de bajada, viejo y enfermo. Ya no tienes convocatoria y vives de recuerdos...
PANCHOLÓN: Chotillo, no seas malo, tienes que volver a nacer para ponerte a mi nivel. Soy caminante de toda la vida, noches enteras de dame que te doy. La calle es mi amante, la noche mi cómplice. A ti te veo confundido, loquito. Tienes el estilo de los perdedores, si te gusta una mujer, no puedes ofrecerle plata, joyas y comprarle ropa. Ya te dije, los paganinis no corren...
CHOTILLO: Gordito, ya no eres el de antes. Los años no pasan en vano, acéptalo, la próstata y los triglicéridos te tienen en la lona...
PANCHOLÓN: La firme que veo que toda la vida me has envidiado. Y eso que te divorcié de tu esposa, que era tu peor pesadilla. Ahora que estás soltero, no te regales mucho ni seas sano...
CHOTILLO: Te alucinas muy ganador y nunca te conocí flacas sanas. Los ‘duros’ ya fueron, estamos en otros tiempos.
PANCHOLÓN: Vas a terminar mal, para las mujeres eres sangre chinche...”. La conversación se puso caliente. Me voy, cuídense.