Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines verdes con un churrasco jugosito encima y, para la sed, una limonada friecita.
“María, los padres de familia seguimos indignados por los libros que el Ministerio de Educación entregó para estudiantes de tercer año de secundaria, en los que les dan direcciones web para que busquen información. Cuando uno entra a esas páginas de Internet, no solo se encuentra con que tocan temas como el sexo anal, sino que hasta enseñan a las adolescentes a masturbarse, además de otras informaciones de índole sexual que, definitivamente, no son para chicos de doce o trece años.
La ministra Flor Pablo ofreció disculpas por este gravísimo hecho, pero no puede decir que se soluciona con solo tachar esos enlaces o arrancar la hoja donde aparecen. ¡Por favor! Por eso, en el Congreso reunían firmas para presentar una moción de interpelación en su contra. Ayer leía un libro para tercer año de educación secundaria, pero era para un colegio particular, no del Estado.
Ahí pude ver que trataba de temas como el consumo de sustancias psicoactivas, el manejo irresponsable de la sexualidad, el comportamiento sexual adolescente, sus implicaciones, la salud sexual, la amistad y el enamoramiento, la violencia, las adicciones en la era digital, el alcoholismo y sus consecuencias, la alimentación adecuada, el descanso, los hábitos de higiene, el buen uso del tiempo libre, el control médico y otros.
El texto me pareció muy bueno porque, de forma seria y adecuada, informa y previene a los adolescentes de la realidad y los peligros de hoy en día. Me pregunto: ¿por qué para los colegios particulares los contenidos sí son de calidad, mientras que a los estatales les dan cualquier cosa, sin ninguna consideración por los estudiantes ni sus padres? ¿Es que en el Ministerio de Educación consideran menos a los muchachos provenientes de familias humildes? ¿Qué clase de pervertidos están empeñados en mostrar contenidos aberrantes a chicos de doce o trece años?
No hay excusas para lo que han hecho. Algún cínico podrá decir que hoy en día los chicos saben eso y mucho más. Tal vez algunos o muchos, ¿pero y los otros, los que no saben? De todos modos, no hay justificación porque el Estado, al dar esos contenidos en libros, lo que está haciendo es decirles ‘todo esto está bien, es normal que lo hagas’. ¡Son chicos que están saliendo de la niñez! Claro que se les tiene que dar información sexual, pero debe ser de forma responsable, con mucho cuidado. Los padres de familia deben estar siempre vigilantes con sus hijos, porque ya no hay confianza ni con las autoridades de educación”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.