Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un caldito de choros y un chicharrón de pescado con salsa criolla y limón, acompañados de una chicha morada fresquecita.
“María, ahora más que nunca hay que enfocarnos en la niñez y la juventud, porque ellos serán los que conducirán los rumbos del país en los próximos años. El Perú está cerca de cumplir 200 años como república y necesitamos jóvenes con una clara visión de la nación, con mejores valores, sin violencia, que sean conscientes del respeto al medio ambiente.
Por eso, del mismo modo que un atleta trabaja sus músculos para ser fuerte y rápido, todos tenemos la posibilidad de ser más inteligentes si entrenamos nuestro cerebro con actividades mentales que crearán nuevas conexiones neuronales, las que lo harán funcionar mejor y más rápido. A continuación, algunos divertidos pasatiempos sugeridos por los expertos para mejorar nuestro coeficiente intelectual:
Leer siempre: Está comprobado que la lectura reduce el estrés, hace que una persona se sienta mejor y aumenta la inteligencia. Además, se adquieren nuevos conocimientos.
Tocar un instrumento musical: Mejora la creatividad, el lenguaje, la capacidad de análisis, las matemáticas. El motivo es que fortalece el cuerpo calloso que une los hemisferios del cerebro mediante la generación de nuevas conexiones. Esto ayuda a la memoria, la resolución de problemas, las nuevas habilidades y las funciones del cerebro en general, independientemente de la edad que se tenga.
Aprender un idioma: Los estudios han demostrado que las personas bilingües son mejores en la resolución de rompecabezas que las personas que hablan un solo idioma. El cerebro puede hacer mejor las tareas mentales más exigentes.
Hacer ejercicios: Si se hace de vez en cuando, no es efectivo. Practicarlo de forma regular sí es beneficioso, pues las células se inundan con BDNF, una proteína que ayuda a la memoria, la atención, el aprendizaje, la concentración y la comprensión.
Ejercitar el cerebro: Acertijos, sudokus, rompecabezas, juegos de mesa, juegos de cartas y actividades parecidas aumentan la neuroplasticidad, lo que permite mayor capacidad para ver las cosas desde diferentes puntos de vista.
Poner a prueba la mente: Aprender un nuevo idioma requiere un aprendizaje acumulativo, que necesitamos una y otra vez. El vocabulario y la gramática que se aprenden se repite, muchas veces, a medida que se mejoran los conocimientos de lenguas extranjeras.
Hay que aplicar este concepto de aprendizaje acumulativo a la vida cotidiana y en el trabajo”. Gary tiene razón. Son buenos consejos, sobre todo para los jóvenes. Me voy, cuídense.