La Seño María

El Doctor Sexo

El mítico periodista de policiales, ‘El Sonámbulo’, cuenta la oscura historia del reconocido cirujano Max Álvarez, quien fue acusado de violación y murió un mes antes de salir de prisión
Max Álvarez y la oscura historia del 'Dr. Sexo'

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su salpicón de pollo y un estofadito con presa grande. Para calmar la sed pidió una limonada frozen heladita.

“María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con el legendario periodista de Policiales, ‘El Sonámbulo’. Estaba en el archivo revisando periódicos antiguos y me dijo: ‘Gary, ahora que hay un escándalo por esos viejonazos que llevan chiquillas de 18 y 20 años a sus bacanales, donde meten droga en el trago con la intención de violarlas, voy a recordarles a mis alumnos el caso del doctor Max Álvarez, el llamado ‘Doctor sexo’ o ‘El espechale’.

A inicios del 2000, el cirujano plástico preferido de las estrellas de ‘Chollywood’, era el doctor Max Álvarez, quien tenía una lujosa clínica. Allí operaba a las famosas del ambiente artístico, ninguna de ellas imaginaba que tras la anestesia general, pudieron ser manoseadas o violadas, porque este desalmado cirujano tenía la costumbre de abusar de sus pacientes, como se descubriría después. Pero hasta ese momento el doctor era caserito en los concursos de belleza, donde incluso oficiaba de jurado. Solo entre sus conocidos se sabía que era mujeriego, tenía afición al alcohol, pero, sobre todo, a la cocaína. Además, tenía un triste pasado.

En 1990, cuando ya cimentaba su fama, Ángela Chuquilín Tucto, de 26 años, fue a hacerse una liposucción antes de casarse. Entró caminando al consultorio y salió muerta. Apelando a sus influencias, el caso se archivó. Sin embargo, doce años después le hizo una liposucción y rinoplastia a su novia, la modelo argentina Claudia Badaracco (31), y la dejó abandonada en el consultorio. Cuando regresó, ella estaba muerta. Los humildes familiares de Badaracco lo denunciaron, pero otra vez las influencias del galeno dejaron todo en nada. Tres años después, ya era vox populi que Álvarez practicaba operaciones bajo los efectos del alcohol y, sobre todo, cocaína.

La actriz cómica Lucy Cabrera lo filmó con cámara oculta cuando la dopó y violó. El video que pasó el programa de Magaly mostraba a un Max Álvarez con evidentes signos de estar ‘pasadazo’ colocándose una prótesis de pene gigante, al que llamaba ‘El espechale’, con lo que ultrajó a la actriz. Esa filmación hizo que lo botaran del Colegio Médico, reabrieran el caso de Badaracco y, por ello, lo condenaron a prisión. Álvarez murió solo, triste y abandonado en el penal de ‘Lurigancho’. No se había recuperado de su adicción a la cocaína y según su hija, ‘falleció por la golpiza que unos reclusos le propinaron por no haber pagado sus deudas por comprar droga’.

Murió cuando le faltaba un mes para salir en libertad, pese a que tenía otras cinco denuncias por violación a pacientes, una por dejar inválida a otra y dos homicidios culposos con ocultación de pruebas. Era toda una ‘joyita’ y un ejemplo de lo maldita y destructiva que pueden resultar las drogas’”. Pucha, el señor ‘El Sonámbulo’ tiene toda la razón. Me voy, cuídense.

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