Los pancitos de Pérez-Luna
Los pancitos de Pérez-Luna

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tallarín saltado de pollo y su ajicito molido. Para tomar pidió una jarrita con refresco de maracuyá. “María, aleccionante la historia del , hijo del destacado periodista Álamo Pérez-Luna, quien ha creado un pancito relleno hecho de masa madre bautizado como Halma. Educado en Le Cordon Bleu, incursionó con galletas, pero le fue mal. Preparó ají, que tuvo gran demanda pero los insumos subieron y el negocio quebró.

Pese a todo, nunca tiró la toalla y con mucha resiliencia se reinventó. Ahora Halma está en cafeterías, aplicativos y ferias corporativas. Es la historia de todos los emprendedores exitosos. El comienzo siempre es difícil, hay errores, problemas, quiebras y fracasos. Hay que tener piel para soportar todo eso y levantarse. Porque nada nos llega del cielo, todo lo que construyamos nos va a costar sangre, sudor y lágrimas. Como dice Sergio, hay que ir de a pocos, tanteando el terreno, con inversión medida.

Y estar atento a la respuesta del público. Esa es la clave, conectar con el cliente, saber por qué elige nuestro producto o servicio. Qué es el plus que le damos para que nos prefiera a nosotros y no a los demás. “Puedes tener un producto bueno, pero si atiendes mal al cliente lo pierdes”, aconseja.

Ahora, con el auge digital, es indispensable que los emprendedores tengan ese canal de ventas, que llega a miles de usuarios y es barato. Aprender a usar esta herramienta no es algo de otro mundo. Incluso hay tutoriales en internet. Los consejos de Sergio son los siguientes: No tengan miedo al qué dirán. Emprendan con lo que más les guste.

Empiecen con poco capital y cuando vayan creciendo pueden aumentar la inversión. Hagan trabajo de hormiga: tocar puertas. Aprendan a delegar para que vean otros procesos. En estos tiempos de crisis es bueno intentar cumplir nuestros sueños del negocio propio, siguiendo los consejos de los que saben y han experimentado en carne propia lo que es poner un emprendimiento. No teman, háganlo”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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