Dicen que los peruanos somos de sangre luchadora y Enma Huamaní Pérez (35) da fe de ello. Durante la pandemia tuvo que reinventarse y transformar su ferretería en una bodega a la que llamó ‘Los Titos’, en San Miguel, y a la que le debe mucho.
“Mi esposo y yo empezamos con un puestito de ferretería en el Mercado Central de La Marina, pero llegó la pandemia y nos obligaron a cerrar. Y como los negocios de abarrotes eran los únicos que podían abrir, apostamos por eso”, dice la madre de tres niños.
La incertidumbre de la pandemia hizo que empezaran de a poquitos con un anaquel de productos básicos. Luego llegaron las vitrinas, congeladoras, estantes y así fueron implementando el negocio. Ahora no solo venden abarrotes, frutas y bebidas, también tienen un espacio donde ofrecen productos de ferretería.
“Esta tienda es un emprendimiento familiar, todos apoyamos. Mi esposo se encarga de coordinar con los proveedores, yo soy experta atendiendo a los clientes, mi carácter me ayuda porque tengo chispa y los trato con cariño. Hasta mi hijo mayor ayuda acomodando los productos”, se ríe la negociante, que también es cosmetóloga a domicilio.
Revela que a pesar de tener varias tiendas alrededor, ella no las ve como competencia porque ‘el sol sale para todos’. Además, se lleva muy bien con las otras dueñas. “A veces, cuando no tengo un producto, le digo al cliente ‘Señor, se nos acabó, pero a la vuelta hay otra tienda. Aquí todos nos apoyamos”, indica.
El local cuenta con varias videocámaras de vigilancia para prevenir asaltos, También las usan para verificar cuando llega un cliente diciendo que se le cayó su billetera o dejó olvidado su celular. “Actualmente las cámaras son indispensables en los locales, te hacen sentir más segura”, agrega.
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