El duelo es un estado de aflicción que ocurre ante una pérdida. Durante este proceso se manifiestan algunos síntomas que deben monitorearse. Estos son: bajo estado de ánimo, tristeza, desinterés, sentimientos de culpa, pérdida de peso y abandono de las actividades sociales. Es una marcha larga, gradual y con momentos en los que parece que no hemos avanzado nada, pues se vuelve una y otra vez a experimentar el dolor y la pena de forma más o menos intensa.
Este es un proceso que puede durar entre seis meses y dos años y es diferente para cada caso; para lograr superar esta etapa es necesario hablar con un especialista de cómo se siente para que pueda guiarlo.
Sacar las emociones a flote ayudará a sentirse mejor y mantener la rutina para no caer en espacios vacíos. El duelo debe vivirse y no evitarse para lograr superar el sufrimiento y aprender de la experiencia, finalmente, un duelo no es olvidar, es recordar sin dolor.