
Cuando la pareja tiene hijos de una relación anterior es común que surjan tensiones, sobre todo si no se han establecido acuerdos claros. Celos, falta de límites y diferencias en la crianza pueden afectar la estabilidad del nuevo vínculo.
Para evitar que los hijos se conviertan en motivo de conflicto, es importante que la pareja comprenda sus roles y mantenga una comunicación constante y honesta.
“No está bien que el padre o madre ceda en todo ante su hijo de un primer compromiso y descuide su relación actual. Deben establecer límites saludables para que el hijo entienda que, aunque es querido, la pareja también merece atención y respeto”, indica el psicólogo y psicoterapeuta Walter Hinojosa.
+CONVERSEN DESDE EL INICIO. Hablen abiertamente sobre los hijos, la relación que tienen con su padre o madre biológico y lo que esperan el uno del otro en la convivencia.
+EVITEN IMPONER ROLES. El nuevo integrante no debe actuar como padre o madre a la fuerza. Es mejor que asuma una posición de acompañamiento, sin desplazar a nadie.
+RESPETEN LOS TIEMPOS. La adaptación lleva tiempo. No todos los niños aceptan de inmediato a la nueva pareja.
+NO LOS INVOLUCREN EN CONFLICTOS. Los problemas entre adultos deben resolverse entre adultos. Incluir a los hijos solo genera confusión y resentimiento.
+FOMENTEN LA CONVIVENCIA CON EMPATÍA. Buscar espacios compartidos sin presiones y dar lugar a que todos se conozcan poco a poco ayuda a construir una relación más sólida.
Tener una familia reconstituida sana no es sencillo, pero con respeto, diálogo y límites claros se puede lograr un equilibrio que beneficie a todos.
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