
La respuesta definitiva es no. O una persona es diabética o no lo es; no existe la prediabetes.
Lo que hay que identificar con los pacientes son los factores de riesgo que generan una diabetes.
Los más importantes son: la obesidad, el sedentarismo y la genética.
Es importante poner una línea gruesa en lo que llamamos resistencia a la insulina, que es una condición que, de no tratarla, sí llevaría a las personas a una diabetes tipo 2.
La insulina, hormona que produce el páncreas, permite que las células absorban y utilicen la glucosa.

En las personas con resistencia a la insulina, las células no pueden usar la insulina de manera efectiva.
Imaginemos que tenemos un negocio y nuestro almacén está lleno de mercadería y durante mucho tiempo no la usamos, hay algunos productos que vencen y ya no se puede usar.
Algo así ocurre con las células dentro del cuerpo, sobre todo la grasa, y llega un momento en que ya no absorbemos la glucosa en la sangre y se acumula impidiendo que la insulina funcione correctamente.
La medida más importante aquí es la alimentación.
Hay que tener en cuenta que la medicación no va a tener efecto si no se come correctamente; asimismo, debe ser llevada con controles médicos estrictos.