Los ácidos grasos omega-3 son importantes en el desarrollo neuronal, del cerebro y en la función cognitiva: mejorando la memoria, la lectura, la comprensión y la función cognitiva. Activa la corteza prefrontal, mejora la atención, la respuesta del niño y el estado de ánimo.
El cerebro tiene omega-3 a nivel de las zonas relacionadas con el aprendizaje, la conducta y la memoria.
Reduce la desmielinización y protege la mielina.
Además, los omega-3 son importantes en la función cardiovascular, tienen un efecto antiinflamatorio y pueden prevenir algunas enfermedades autoinmunes.
¿Dónde encontramos ácidos omega-3? En frutos secos (nueces, chía, linaza), soya, canola y en pescados oscuros (bonito, jurel, anchoveta, caballa, trucha y salmón).
Estos pescados obtienen el omega-3 del fitoplancton (organismos vegetales microscópicos que viven en nuestro mar) que ingieren.
Basta con una buena dieta rica en alimentos con omega-3.
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