
Adoptar una buena postura evita sufrir dolores, lesiones y otros problemas de salud, pero también ayuda a proyectar una imagen segura y elegante.
Pararse derecho, como dirían nuestras madres, es muy beneficioso. Puedes verte más alta, si dejas de encorvarte e incluso más delgada, pues aplana el abdomen y eleva el busto. Como ves, pararse bonito tiene sus ventajas.
El primer paso para mejorar tu postura es saber cómo te paras. Mírate en el espejo, de frente y de perfil. Ubícate de espaldas a una pared, sin apoyarte. Ahora, retrocede y siente los puntos de contacto.
Deben ser la cabeza, los omóplatos y el trasero. Si no es así, estás en una mala posición.

Aunque no existe una postura ideal para todos en todas las situaciones, hay algunas reglas generales que pueden ayudarte.
Adquirir una buena postura significa tener la cabeza erguida y sobre los hombros, la barbilla paralela al suelo y los hombros uniformes y ligeramente hacia atrás.
Mantener la columna neutra (sin encorvarse ni arquear demasiado la espalda baja) y los brazos a los costados con los codos rectos y parejos.
Asimismo, los músculos abdominales tensos, caderas uniformes, rodillas alineadas y apuntando hacia adelante, pies separados a la altura de los hombros y centrar el peso corporal en ambos pies.
Parece difícil, pero el cambio se logra con constancia.
DATITO
Al sentarte, ten la espalda recta y busca un apoyo en los pies (que no queden colgando). Mantén las rodillas flexionadas en 90 grados y los tobillos separados.