Old Trafford fue escenario de uno de los partidos más intensos de la temporada en la Premier League. Manchester United y Bournemouth protagonizaron un empate 4-4 que tuvo de todo: goles, polémicas, errores defensivos y emociones hasta el último segundo. El resultado final dejó la sensación de que cualquiera pudo quedarse con los tres puntos, pero también evidenció las fragilidades de ambos equipos en un duelo que se vivió como un verdadero espectáculo de lunes por la noche.
El arranque fue vertiginoso, con un United decidido a imponer condiciones desde el primer minuto. Los ‘red devils’ presionaron alto, movieron el balón con velocidad y generaron peligro inmediato, incluso con un reclamo de penal por una mano de Truffert que encendió las tribunas. Bournemouth, golpeado temprano por la lesión de Tyler Adams, tuvo que reorganizarse de manera apresurada, aunque su arquero Marko Petrovic apareció en varias ocasiones para sostener a los visitantes en los primeros pasajes del encuentro.
La insistencia local tuvo premio cuando Amad Diallo abrió el marcador tras una jugada bien elaborada por las bandas. Sin embargo, el dominio no se tradujo en tranquilidad. Bournemouth reaccionó y encontró el empate con un potente remate de Antoine Semenyo, quien confirmó su buen momento en la liga. Antes del descanso, Casemiro volvió a adelantar al United con un cabezazo tras un tiro de esquina, aunque nuevamente el arquero visitante quedó expuesto.
Lejos de caerse, el equipo de Andoni Iraola regresó del vestuario con otra actitud. En apenas cinco minutos, Evanilson y Marcus Tavernier dieron vuelta al marcador, aprovechando los espacios en la zaga local y errores puntuales en la marca. El desconcierto se apoderó de Old Trafford y obligó a Rúben Amorim a mover el banco con decisiones arriesgadas, modificando el sistema táctico y apostando por un esquema más ofensivo.
Los cambios revitalizaron al United. Bruno Fernandes asumió el liderazgo y empató el partido con un tiro libre magistral, mientras que Matheus Cunha culminó la remontada parcial empujando un balón suelto en el área. El estadio explotó, pero el drama aún no había terminado. Bournemouth volvió a golpear con un contragolpe letal que Eli Junior Kroupi transformó en el 4-4 definitivo.
En los minutos finales, ambos equipos tuvieron ocasiones claras, pero el marcador no se movió más. El empate dejó un sabor amargo en Old Trafford: Manchester United desperdició una gran chance de acercarse a puestos de Champions League, mientras que Bournemouth extendió su racha negativa sin triunfos. Un punto que suma poco, pero un partido que quedará en la memoria por su intensidad y su guion impredecible.
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