Por: Miguel Ramírez
El presidente Nicolás Maduro continúa sometiendo a sangre y fuego al pueblo de Venezuela. Se trata de una dictadura disfrazada de democracia, convoca a elecciones que son parodias, no respeta la autonomía de los poderes del Estado, encarcela y desaparece a los opositores, mata a estudiantes que protestan y hasta destituye a autoridades que se le enfrentan como la fiscal general Luisa Ortega. Todo lo cual ha causado la repulsa mundial.
En nuestro país, los más connotados políticos apristas y fujimoristas (encabezados por sus líderes Alan García y Keiko Fujimori, respectivamente) se han convertido en los ‘paladines’ de la lucha de los venezolanos. Casi todos los días recorren los medios de comunicación reclamando la salida del chavista Nicolás Maduro y el retorno a la democracia y la libertad en Venezuela.
Están, por cierto, en su derecho y es digno de resaltar. Lo que pocos recuerdan es que ambos bandos políticos tuvieron estrechos vínculos, afinidades y apoyaron incondicionalmente a los dos presidentes causantes de la desgracia del pueblo de Venezuela: Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez Frías, cuyos gobiernos terminaron sumidos en la ciénaga de la corrupción.
Carlos Andrés Pérez (quien gobernó Venezuela en dos oportunidades) fue enviado a prisión en 1994 acusado de corrupción, malversación y peculado. Alan García lo hizo padrino de su primer hijo, a quien llamó Alan Simón, en homenaje al libertador venezolano Simón Bolívar.
Carlos Andrés no solo era su compadre, sino también su consejero. En su libro ‘Pájaros de alto vuelo’, el congresista fallecido Carlos Malpica narra un diálogo que ambos sostuvieron en Roma, en 1985, cuando Alan García fue electo presidente.
El mandatario de Venezuela le dijo a Alan García: “No seas como Haya de la Torre (el fundador del Apra) a quien nunca le preocupó hacer dinero, pero cuando necesitó recursos económicos para sus campañas políticas tuvo que humillarse y solicitarlo a sus amigos ricos. Si quieres continuar en política y reelegirte debes hacer tu propio dinero”.
Alan García –siempre según narra Malpica- le preguntó cuánto dinero debía acumular. El venezolano le respondió: ‘Cuando menos unos diez millones de dólares’. ¿Alan habrá seguido el consejo de su compadre?
El expresidente Alberto Fujimori también fue un ferviente defensor de Hugo Chávez. En 1992, Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos acogieron a 93 militares que pretendieron liberar a Chávez, luego de que este fuera detenido por intentar un golpe de Estado, precisamente, contra Carlos Andrés Pérez.
Los golpistas se dieron la gran vida, tenían alojamiento, alimentación y hasta borracheras gratis, y volvieron a su país apenas Chávez llegó a la presidencia en Venezuela.
También hay un video inolvidable grabado el año 2000 en Cartagena, en donde aparece la entonces primera dama Keiko Fujimori bailando emocionada con el dictador Hugo Chávez, cuyas tropelías ya eran harto conocidas en ese momento.
Como bien dice mi sobrina venezolana Melina Bertocchi, ‘hablemos claro y raspao’. Nos vemos el otro martes.