NUEVAS REVELACIONES. Durante la sesión de la Comisión de Fiscalización, Gabriel Herrera, representante de la junta de propietarios del condominio Mikonos, expuso información que incrementa las sospechas en torno a los movimientos irregulares del auto presidencial en el que se trasladaba Dina Boluarte y la presunta fuga de Vladimir Cerrón.
Según Herrera, dos vehículos con placas estatales fraudulentas ingresaron al condominio Mykonos entre los días 16 y 18 de febrero, pero, al intentar verificar dichas placas en la base de datos nacional, descubrieron que no estaban registradas.
“Es decir, eran fraudulentas. En uno de los vehículos ingresó un invitado del propietario, mientras que el otro fue utilizado por el propietario, que accedió con un carro del Estado y con líneas oscuras”, sostuvo
Además, mencionó que el condominio había alquilado la casa número 56 a un inquilino peruano residente en Estados Unidos, y en la propiedad se encontraban otras personas de nacionalidades diversas, incluyendo extranjeros, entre los cuales se mencionó a un cubano, conforme a información proporcionada por inteligencia.
En la casa número 22, otra vivienda en alquiler, los inquilinos cambiaban con frecuencia, lo que dificultaba el monitoreo de sus ocupantes.
En relación a la presencia de vehículos oficiales en las cercanías del condominio, Herrera comentó que algunos medios habían reportado la presencia de dos vehículos oficiales cerca de Mykonos en una estación de servicio a unos 300 metros.
Sin embargo, afirmó que no existe evidencia que certifique la entrada de la presidenta Dina Boluarte al condominio, a menos que hubiese estado oculta o camuflada en alguno de estos vehículos.
“Las últimas horas la presidenta dice haber ingresado a Mikonos. Lamentablemente, yo debo decir que no tenemos información al respecto que así lo certifique. Si es que ella ingresó, debe haber ingresado ocultada en la maletera de un vehículo o muy camuflada en la parte de atrás, pero que no era del Estado”, dijo Herrera en el Congreso.
A pesar de estos indicios, Herrera sostuvo que, debido a la alta concurrencia en el condominio y la presencia de catorce guardias de seguridad en esos días, sería poco probable que el ingreso de la presidenta hubiera pasado desapercibido.
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