
La búsqueda de tres jóvenes montañistas que desaparecieron en el nevado Artesonraju, en la provincia de Huaylas, Áncash, mantiene en vilo a sus familias, amigos y a toda la comunidad de andinistas del Perú y el extranjero. Efraín Pretel, Jesús Picón y el fotógrafo brasileño Edson Vandeira —este último vinculado a National Geographic— no han sido ubicados desde el 29 de mayo, cuando intentaban escalar los más de 6 mil metros de altitud del emblemático nevado.
Los tres, estudiantes del Centro de Estudios de Alta Montaña (CEAM), partieron desde Huaraz rumbo a la cumbre del Artesonraju —la misma que aparece en el logo de Paramount Pictures— con el objetivo de sumar experiencia y documentación audiovisual. Sin embargo, todo se habría truncado por una poderosa avalancha que, según los primeros indicios, podría haberlos sepultado.
Desde el lunes 2 de junio, guías de montaña y voluntarios han subido en turnos a la zona para rastrear cualquier señal de los jóvenes. Alcanzaron los 5,680 m s. n. m. y detectaron huellas que luego desaparecieron. Incluso hallaron una carpa enterrada por la nieve en Campo Morrena y algunos restos de alimentos, pero ni rastro de los montañistas.

Uno de los rescatistas comentó que han recorrido hasta cinco veces las rutas más peligrosas de la cara noroeste del nevado, donde múltiples grietas y derrumbes recientes complican la operación. “La avalancha es muy grande, no hay señales”, declaró con impotencia.
Por si fuera poco, las condiciones meteorológicas durante los días de desaparición fueron extremadamente adversas, con fuertes nevadas y desprendimientos constantes en la Cordillera Blanca.
FAMILIAS CLAMAN POR AYUDA Y DENUNCIAN DEFICIENCIAS
Mientras la búsqueda se intensifica en tierra, las familias de los desaparecidos alzan la voz por la falta de apoyo aéreo. En un comunicado, los parientes de Efraín Pretel expresaron su frustración porque el helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) tuvo que regresar a Trujillo por combustible y recién estaría disponible el sábado 7 o domingo 8 de junio.
Además, denunciaron que la aeronave enviada por el Ministerio del Interior (Mininter) no tiene la capacidad de sobrevolar las zonas clave, y que solo puede llegar hasta Campo Base. “La PNP ha enviado seis efectivos sin experiencia en alta montaña. Es insuficiente. No pedimos un favor, pedimos que hagan su trabajo con seriedad”, reclamaron.

¿SEPULTADOS POR LA MONTAÑA?
Según Beto Pinto Toledo, presidente de la Asociación de Guías de Montaña del Perú (AGMP), la hipótesis más probable es que los tres jóvenes fueron alcanzados por una avalancha cuando intentaban alcanzar la cumbre. Pinto criticó que se estén realizando prácticas preprofesionales en estas condiciones: “No deberían hacer este tipo de ascensos tan peligrosos sin la logística adecuada”.
De acuerdo con los testimonios, los montañistas subieron a Campo Morrena el 27 de mayo, donde pernoctaron a 4,950 m s. n. m. El 28 intentaron la cumbre sin éxito. Gianmarco Herrera, uno de sus compañeros, bajó a Huaraz por trabajo el 29. Los otros tres decidieron descansar un día más antes de intentar un nuevo ascenso el viernes 30. Desde ese momento, se perdió todo contacto.

La familia de los jóvenes aún no pierde la esperanza. Marta, hermana de Efraín, pidió empatía a las autoridades. “Se trata de salvar vidas, no puede haber descoordinación. Necesitamos aeronaves óptimas y personal capacitado”. Su clamor se dirige al ministro de Defensa, Walter Astudillo, y al del Interior, Carlos Malaver.
Mientras tanto, las redes sociales del brasileño Edson Vandeira, conocido por sus impactantes registros en National Geographic, se han llenado de mensajes de aliento. Su último video lo muestra recorriendo Huaraz y preparando su expedición al nevado.
Las labores de búsqueda continúan en coordinación con rescatistas nacionales e internacionales. La montaña, imponente y silenciosa, aún guarda su secreto. Y tres familias, destrozadas, solo piden una cosa: que no los olviden.