TROME | FAP tiene 30 días para investigar caso de Ashley Vargas. Video: Canal N
TROME | FAP tiene 30 días para investigar caso de Ashley Vargas. Video: Canal N

La muerte de la alférez Ashley Vargas, ocurrida el 20 de mayo durante un vuelo de instrucción sobre el mar de Paracas, ha generado muchas preguntas. ¿Por qué no funcionó el asiento eyectable? ¿Estaba fallando el avión? ¿Hubo errores humanos? La Fuerza Aérea del Perú (FAP) ha salido al frente para aclarar las dudas y asegurar que todo el sistema estaba en regla.

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El comandante general de la FAP, Carlos Chávez Cateriano, descartó de forma tajante que los pirocartuchos del asiento eyectable —mecanismo clave para salvar la vida del piloto en una emergencia— estuvieran vencidos. “Eso es completamente falso”, dijo a Canal N. Según explicó, estos dispositivos tenían vigencia hasta diciembre del 2025.

Los pirocartuchos son pequeños explosivos que permiten que el piloto se dispare fuera de la nave en caso de peligro. Si estuvieran caducos, el sistema no funcionaría. Pero Chávez insistió: “No había ninguna falla. Todo estaba operativo”.

Ashley Vargas, alférez de la FAP, desapareció el 20 de mayo tras sufrir un accidente durante un vuelo de instrucción en la base aérea de Pisco, en Ica | Foto: Facebook
Ashley Vargas, alférez de la FAP, desapareció el 20 de mayo tras sufrir un accidente durante un vuelo de instrucción en la base aérea de Pisco, en Ica | Foto: Facebook

BUSCAN PIEZA CLAVE DEL AVIÓN

Lo que falta ahora es una pieza fundamental para esclarecer lo ocurrido: el Fly Data Recorder. Este dispositivo —parecido a una caja negra— graba todos los datos del vuelo, incluida la comunicación con la torre de control y la información que aparece en la pantalla frente al piloto (el head up display).

Según Chávez, este sistema podría revelar si Ashley intentó activar el asiento eyectable. El sistema se acciona manualmente: el piloto debe jalar una argolla entre las piernas. No hay forma automática. Por eso, sin el dispositivo que graba los últimos segundos del vuelo, es difícil saber qué pasó.

La velocidad del impacto también fue determinante. El avión KT-1P ‘Torito’ cayó al mar a 380 km/h y a solo 750 pies de altura, provocando una desintegración total del fuselaje. Esto ha complicado la recuperación de evidencias clave.

El cuerpo de Ashley fue hallado recién el 5 de junio, 16 días después del accidente, gracias a las labores de la Marina. Pero aún no se encuentra el Fly Data Recorder, y sin él no se puede reconstruir con certeza lo que ocurrió en los momentos finales.

TODO EN ORDEN, SEGÚN LA FAP

El comandante Chávez aseguró que el avión tenía todos sus mantenimientos al día. La nave fue comprada nueva a Corea del Sur en 2016, tenía apenas 1.200 horas de vuelo (una fracción mínima de su vida útil) y había pasado por revisiones recientes: motor y avión el 3 de abril, hélice el 16 del mismo mes.

El próximo mantenimiento estaba programado para semanas después del accidente. Además, la próxima inspección técnica del asiento eyectable era en 2027 y la revisión mayor en 2034. Por tanto, no había vencimientos ni irregularidades, según la FAP.

Otro dato importante es que el Perú es el único país en Latinoamérica con licencia oficial de la empresa Martin Baker —fabricante de los asientos— para realizar mantenimiento certificado a este tipo de sistema.

También se informó que el asiento eyectable contaba con paracaídas, flotadores, kit de supervivencia y pirocartuchos activos. Todo en orden. “El asiento no funciona solo, el piloto tiene que accionar la argolla”, reiteró Chávez.

Ashley Vargas: FAP inicia investigación técnica por caída del KT-1P con plazo de 30 días
Ashley Vargas: FAP inicia investigación técnica por caída del KT-1P con plazo de 30 días

INVESTIGACIÓN SIGUE EN CURSO

La Junta de Investigación de Accidentes de la FAP tiene un plazo legal de 30 días, prorrogable, para emitir su informe preliminar. Paralelamente, el Ministerio Público también realiza sus propias diligencias.

Una de las dudas que más inquieta a los expertos es por qué no se activó el transmisor de emergencia personal, conocido como “personal vicon”, que Ashley debía llevar en el bolsillo. Este dispositivo no se encendió y eso dificultó las labores de búsqueda por varios días.

Finalmente, el sistema de geolocalización del avión indicaba que la nave enviaba datos cada 30 segundos. Esa tecnología permitió conocer la velocidad de impacto y altitud, pero no grabó las decisiones dentro de la cabina, razón por la que el Fly Data Recorder es tan vital.

Mientras tanto, la familia de la joven piloto y la opinión pública siguen a la espera de respuestas. ¿Hubo una falla humana, técnica o una fatal combinación de ambas? Todo dependerá del informe final. Por ahora, el misterio sigue en el aire.

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