Una nueva denuncia de homofobia se dio a conocer en redes sociales, después de que una señora botara a una pareja gay que se encontraba abrazada a las afueras de una iglesia; incluso la mujer se atrevió a arrojarles agua bendita como si de unos demonios se tratasen.
El caso se dio a conocer a TikTok y ha conmocionado a la comunidad LGTBQ+, ya que en el video se observa como una señora les pide de mala manera a una pareja de hombres que se retiren del lugar y llama a la policía para solicitar apoyo y que la ayuden a sacar a los enamorados del lugar.
Según se observa en el clip, la pareja de enamorados estaba tranquilamente sentada en el atrio de una iglesia, cuando de pronto aparece una mujer que comenzó a arrojarles agua bendita y a bendecir su entorno. Luego se pone a rezar y les pide que se ‘larguen’ del lugar.
Los muchachos se negaron y esto hace enfurecer a la doña, quien llama al 911 y reporta la situación como si se tratase de una emergencia. “No se quieren salir, quiero que se retiren, que se vayan a abrazar ahí al hotel o la calle, hay tanto jardín que ya hizo aquí el gobernador, y quieren estar aquí dentro de la casa de Dios”, se le oye decir al teléfono.
Al ver que los policías no le hacían caso a su solicitud, la señora afirma que los jóvenes eran migrantes que habían venido a pervertir a la juventud y que estaban realizando actos inmorales. “Me parece que ni son mexicanos, han de ser migrantes, no son de aquí, vienen de otros países depravados a enseñar inmoralidad a la juventud de aquí”, continúa diciendo.
Posteriormente, el agente habla con uno de lo jóvenes que fue agredido y este le explica que no estaba haciendo ningún acto inmoral y que solo estaba sentado con su pareja en el patio de la iglesia cuando de pronto vino la señora a insultarlos; sin embargo, para evitar cualquier confrontación decidieron irse del lugar siguiendo el consejo que le dio el policía.
A la fecha el clip acumula 380 mil reproducciones, más de 61 mil ‘me gusta’ y miles de comentarios dentro de los cuales destacan los siguientes: “En serio todavía existe ese tipo de gente?”, “ay no, ¡cuánta prudencia de ustedes, cuánto valor tiene, creo que a mí hubieran llevado detenida por el desgreñon que me hubiera dado con la señora!” y “Qué triste es ver esta situación. La iglesia donde iba, la comunidad LGBT nunca fue menospreciada, y al contrario, hasta participaban en actividades”.
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