Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz con pato a la chiclayana, sazonado con chicha de jora y cervecita negra, servido con rocotito y, para tomar, una limonada fresquecita. “María, el peruano es luchador, trabajador, bien chamba, pues nunca se rinde y más bien se crece ante las adversidades. Por eso es que en las grandes crisis, como la que el país está atravesando hoy, no se achica y da pelea. Y puedo decir con orgullo que las mujeres, incluso, son más aguerridas y que cuando de trabajar se trata no hay nada ni nadie que las detenga.
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El peruano, por naturaleza, es emprendedor, recursero, pues siempre está buscando la manera de llevar un pan a la mesa de su familia. Por eso da satisfacción ver cómo cada vez más personas enfrentan sin temor a los violentistas que mediante golpes, amenazas contra la vida, la destrucción y saqueos, buscan obligarlos a dejar de trabajar y cerrar sus negocios, sin importar que estos sean pequeños, como una bodega, un puesto de venta de emolientes, una ferretería de barrio.
Una señora indignada en Tacna se enfrentaba a esos radicales que con palos y piedras buscaban que no abran las tiendas. “Tú a mí no me puedes obligar a dejar de trabajar. Tengo derecho a trabajar. ¿Acaso tú vas a pagar mis deudas?”, les decía.
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En Moquegua, un hombre les gritaba en su cara a los matones que se presentaban con garrotes. “Ya dejamos de trabajar dos días porque así lo exigían. Pero ahora quieren que sigamos sin trabajar más días, solo porque a ustedes se les ocurre. Váyanse a trabajar, vagos de m… Acá todos trabajamos para vivir. Lárguense y pónganse a trabajar”.
Cada vez más peruanos se lo repiten a los violentistas a la cara: ‘Queremos trabajar’. Por eso el rechazo a la violencia es unánime, pues todos sabemos que solo trae atraso, dolor y muerte. ¿Quién se puede beneficiar de las protestas violentas que solo dejan destrucción, caos y fallecidos? Seguro que no son los peruanos de bien, que son mayoría y luchan día a día de manera honrada para sacar adelante a sus familias y al Perú. Algunos consejos para no dejarse vencer por la adversidad:
- No hay que ver los problemas como obstáculos insuperables. Míralos como oportunidades para crecer.
- Acepta que el cambio es parte de la vida. Hay circunstancias que no podemos cambiar, pero podemos canalizar nuestro esfuerzo para conseguir objetivos.
- Hay que plantearse objetivos realistas. Y hacer algo de forma regular que nos acerque a ellos.
- Ejecuta acciones decisivas. Actuar, en lo posible, para cambiar el rumbo de situaciones adversas.
- Alimenta una visión positiva de ti mismo. Desarrolla confianza en tu instinto y en tu capacidad para resolver problemas”. Qué buenos consejos. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.