El Chato Matta llegó al restaurante por su cebiche de cojinova con chicharroncito de calamar y un poderoso sudado de chita con arrocito blanco, limón y rocotito molido. “María, me timbró el gran Pancholón, amo y señor de la noche, la cochinadita y el dame que te doy. ‘Chatito, tengo una botellita de roncito Zacapa 23 años. Deja todo y vente en one’. María, Pancholón tiene una y mil anécdotas”.
“Chatito, todas las esposas de mis amigos me odian. Hasta mi causa Robertito, el abogado, ya no me responde el celular. Desde la universidad era un caballerito y se casó con su enamorada de toda la vida, que lo conoció misio. Pero el encanto se le fue en poco tiempo. A los dos años de casado, de la nada empezó a mirar a su secretaria Milena con otros ojos, debe ser porque tenía unas piernas espectaculares.
Una vez ella le aceptó ir a comer pollito a la brasa por su cumpleaños y esa noche, tres pisco sours fueron suficientes para que ‘Mile’ se dejara besar y, a la salida, se quedara callada cuando ‘Tito’ la llevó a un hotelito de Lince. ‘Panchito, yo le he dicho que estoy separado y que vivo en San Borja con mi mamá, ja, ja, ja’. Pero la verdad es que vivía con su señora y su hijito en San Miguel.
Milena lo hacía feliz en la intimidad. El hombre se sentía contento y tranquilo, llevando una doble vida con sus dos mujeres. Un sábado por la noche compró una pizza, se tomó dos vinos con su señora y se fueron a dormir. Como a las 2 de la mañana estalló el escándalo. Una mujer, totalmente fuera de sí, comenzó a hacer un lío en la puerta del edificio y el vigilante no sabía qué hacer.
Era Milena borracha, que quería hablar con Robertito. ‘¡Baja maldito, falso! ¡Mentiroso de m...! ¡Quiero conocer a tu mujer!’. La esposa tuvo que bajar. ‘¡¡Tu marido es un desgraciado!! Me dijo que estaba separado, me pagó estudios, me compra ropa y me regala joyas de oro. Hasta prometió que nos íbamos a ir a Miami’. Después le enseñó los mensajes de ‘wasap’ y hasta audios donde se escuchaba cuando hacían el amor. Luego se puso a llorar.
La señora, que es decente y no le gustan los escándalos, la hizo pasar y escuchó todito lo que le contó la despechada. ‘¡Yo no quería destruir ningún matrimonio, pero él me engañó. No soy una robamaridos!’. Cuando mi amigo salió vio a su esposa y a la amante sentadas en la sala de su casa. Chato, debe ser la experiencia más aterradora para un infiel. Un castigo de Dios. A ‘Tito’ se le pasó la borrachera y botó a la secretaria. ‘El lunes hablamos’, le dijo.
Ese día, Milena estaba arrepentida y lo abrazó para pedirle perdón. Pero el abogado le entregó un sobre donde estaba su carta de despido y el pago de dos meses. ‘Felizmente, mi esposa me perdonó, pero nos hemos mudado a otro departamento porque todo el edificio se enteró del escándalo. Estoy curado, mi señora me ha dicho que no quiere verme nunca más contigo porque eres un sinvergüenza que paras con mujerzuelas’”. Me voy, cuídense.