Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines con pollo acompañados de papa a la huancaína y una jarrita de naranjada heladita. “María, felicito a la Policía por dar un golpe inmenso a la mafia del ‘gota a gota’ tras capturar a siete delincuentes colombianos y cuatro venezolanos en una casa alquilada de San Juan de Lurigancho.
Según las autoridades, en los últimos meses habrían extorsionado de quinientas a mil personas en diferentes puntos de Lima, a algunas de las cuales asesinaron por no poder pagar. Esta banda aparentaba ser de una empresa legal, con la inscripción: Préstamos al toque, rápido y seguro... por todo el Perú. Y de acuerdo al director de la Dirincri, general Óscar Arriola, la modalidad fue importada de Medellín, Colombia, en la cual proponen, a través de una gran cantidad de publicidad, préstamos con altos intereses que se cobran día a día. La Policía ha instado a la población a no caer en este tipo de actividades, pues finalmente los préstamos que se hagan serán impagables pues se cobran intereses que muchas veces llegan al diez mil por ciento.
Las víctimas se convierten en esclavos, pues trabajan todos los días solo para pagar los intereses debido a que el capital sigue intacto. Hace unos días se informó que las bandas del ‘gota a gota’ han empezado a obligar a los prestatarios a trasladar droga al extranjero a cambio de ‘perdonar’ sus préstamos. Menos mal, la Policía está atacando a esta mafia, pero la población no ayuda porque sigue cayendo en sus redes.
A veces la gente se presta cantidades mínimas como mil soles para comprar algún artefacto, pero después se dan cuenta de que pueden hasta perder su casa o la vida. La mafia cuenta no solo con cobradores, sino también con sicarios que matan o hieren a los que se atrasan con los pagos.
Antes de adquirir una obligación, analice su situación, considere si es rentable y si vale la pena endeudarse”. Buenos consejos. Me voy, cuídense.
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