
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomo al jugo con papas fritas, arroz graneadito y, para tomar, un emoliente calientito. “María, los emprendedores en el Perú son la principal fuerza de desarrollo, el motor que hace avanzar al país. Pese a los grandes obstáculos, el peruano hace empresa. No le gusta estirar la mano para que le regalen la plata, o esperar que el Estado le resuelva sus problemas.
A los peruanos nos gusta ganar el dinero con nuestro esfuerzo, para brindarle lo mejor a la familia. En este país, las mujeres y hombres son luchadores y si no consiguen un trabajo, se lo inventan y van para adelante. Incluso contra la delincuencia asesina y superando las barreras que pone el Estado y que, en lugar de facilitar las cosas, parece que se empeña en crear dificultades a cada paso.
Trome, desde que nació hace más de veinte años, siempre ha apoyado a las personas con ansias de superación. Por eso, una de nuestras numerosas iniciativas es la muy leída sección de los jueves Mi Bodeguita, que da consejos y asesoría a los bodegueros para que hagan de sus negocios prósperos y rentables.
Siguiendo con esa línea, estrenamos El Trome de la Construcción, un espacio cada martes para los miles de ferreteros de todo el país que con su tenacidad y ganas de hacer empresa ayudan, de manera literal, a construir el Perú.
Los emprendedores dedicados a este rubro de gran proyección encontrarán todo lo que necesitan saber para que sus negocios no solo se mantengan en estos tiempos difíciles, sino que crezcan hasta alcanzar las metas que tanto soñaron. Además de conocimientos sobre atención a clientes y seguridad, también recibirán valiosa información sobre la mejor manera de administrar sus recursos de forma profesional.
Y algo muy importante, los ferreteros con más éxito compartirán sus experiencias, contando sus historias de éxito, el camino que recorrieron y las dificultades que superaron. Es que el ‘diario papá’ siempre está al lado de sus lectores, ayudándolos a alcanzar sus objetivos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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