
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un escabeche de pescado servido con camotito sancochado y arrocito. Para tomar pidió una jarrita de jugo de papaya. “María, el Perú pierde la guerra contra el hampa organizada no solo por la inacción del Gobierno, sino por culpa de jueces timoratos, corruptos o ideologizados que no aplican la ley como se debe. Esto acaba de pasar con el avezado delincuente venezolano Carlos Alberto Guillent Moreau, de 19 años, quien tras fugar del albergue juvenil ‘Maranguita’, asaltó junto a otros seis extranjeros un local nocturno en Huaral. Luego de ser sorprendidos por la Policía, el sujeto, que portaba una ametralladora Mini Uzi, fue detenido al ser herido en la cara. “Han tenido buena suerte. Mi armamento se trabó, sino los hubiera matado”, les dijo con total desparpajo a los agentes que lo capturaron.
El colmo es que el juez de Puno, Arturo Cecenarro Calderón, pese a todo este antecedente, acaba de ordenar que el sanguinario hampón regrese a ‘Maranguita’, de donde escapó el mes pasado. Con una justicia así, poco se puede hacer contra el hampa. Se ríen de las autoridades y, como es el caso de Carlos Guillent, en poco tiempo saldrá a las calles para volver a delinquir.
Urge entonces una reestructuración del Poder Judicial y el Ministerio Público. Que el Congreso se haga una, de verdad, y saque de esas entidades a los malos magistrados, a los brutos, corruptos, débiles o ineptos. La sociedad se los agradecerá. Qué es eso de que la Policía arriesga su vida para detener a criminales, y los jueces los mandan a la calle o les dan penas benignas.
El Parlamento no solo debe dar nuevas leyes, debe reformar el Código de Procedimientos Penales y hasta la Constitución para enfrentar como se debe a estas bandas armadas que agreden al Perú desde dentro. Es como una guerra con otro país. Y no debemos mirar pasmados y quietos cómo nos quitan la paz. Miren nomás en Cancún, México, donde las bandas ahora extorsionan a ricos y pobres, a grandes hoteles cinco diamantes, a yates, cruceros y todo lo que sea negocio. No lleguemos a eso”. Me voy, cuídense.
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