Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unas lentejitas con adobo de chancho y ensalada fresca. Para tomar pidió una jarrita con hierbaluisa. “María, los peruanos ya entraron en modo Navidad hace varios días. Se nota en el tráfico, las ventas y en lo nerviosas que están las personas en la calle. Y como el clima se ha vuelto muy caluroso y el tráfico es un infierno, impacta en nuestra psicología y comportamiento de modo negativo.
Es común ver cómo los choferes se pelean, tocan el claxon como locos o se pasan la luz roja de manera irresponsable. Hay demasiada ansiedad, estrés y nerviosismo. Eso está mal. En esas condiciones nos puede dar un infarto, una embolia o descompensación.
Además, si manejamos así podemos chocar, volcar o atropellar a peatones. Por un segundo uno se puede desgraciar la vida para siempre. A todo esto se suma que miles de personas no tienen dinero ni trabajo y es difícil que puedan comprar regalos a sus hijos en esta Navidad, ni presupuestar la cena de Pascua. Eso pone a la gente todavía más nerviosa y frustrada.
Los expertos aconsejan planificar con anticipación lo que vamos a hacer, simplificar las actividades y establecer límites. Hay que salir a la calle con otra vibra, más alegres y con ganas de vivir. Hay que cantar en el carro, pensar en cosas agradables y dejar los problemas a un lado. Sigue estos consejos:
Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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