Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso escabeche de pollo con camotito y una porción de arroz blanco. Para la sed, pidió una jarra con emoliente tibiecito. “María, cada día está más cerca la Navidad y en esta época es normal sentir la necesidad de hacer compras para la casa, como el arbolito, las lucecitas, regalos, ropa, panetón y otros. Por eso, esta época es muy dura para quienes no tienen trabajo. Solo quienes han pasado por una situación así saben lo difícil que es. No poder atender las necesidades de tus hijos, de tu familia es terrible.
Muchos peruanos se sienten angustiados, ansiosos, irascibles y hasta deprimidos. Incluso se pelean en casa con la esposa y los hijos. Por eso, algunos hasta consideran cometer algún delito para obtener dinero. Pero en estos casos es cuando las personas de bien deben demostrar su fortaleza.
Ya llegarán días mejores. ¡No hay que perder las esperanzas! Es necesario apoyarse en la familia. El mal camino jamás conduce a nada bueno. La libertad y la tranquilidad no tienen precio. Algunos consejos:
Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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