Este Búho piensa que Freddie Mercury debe estar revolviéndose en su tumba. El mítico vocalista, tecladista y compositor de la legendaria agrupación inglesa Queen murió en 1991 a los 45 años, víctima del terrible virus del sida. Vívió una vida de gay atormentado porque nunca quiso ‘salir del clóset’ y lo hizo reservadamente ocultándose del acoso de cierta prensa.
Inclusive, no frecuentaba socialmente a sus compañeros de banda y solo se reunía con ellos para las grabaciones y las giras. A veces se alojaba en un hotel diferente al de los músicos para que ‘no se ganen’ con sus escapadas de madrugada a discotecas de ambiente o si llegaba con jóvenes compañías masculinas.
Era tan ‘caleta’ que su último pedido antes de morir fue que nadie se entere dónde lo iban a enterrar. Su exnovia y gran amor de juventud, Mary Austin, quien lo acompañó como asistente personal los últimos años de su vida, no solo recibió de herencia la mitad de su fortuna y la gran mansión del cantante, también los objetos personales más preciados que coleccionaba con celo.
Ella se encargó de cuidarlos durante más de tres décadas. Sin embargo, sorprendió a todos al organizar a inicios de año una subasta de los objetos más representativos del artista. Desde el peine con el que se acicalaba el bigote hasta la emblemática corona de ‘reina’ que traspasó fronteras como su marca personal en la última gira de Queen, ‘A Kind of Magic’. El anuncio lo hizo hace meses en la sede de la famosa casa londinense de subastas Sotheby’s. Pero el escándalo se produjo el último martes, el día en que se inició la venta de los objetos.
El primero en protestar fue el guitarrista de la banda rockera, Brian May, quien junto al baterista Roger Taylor mantienen vigente la marca de Queen. Ante la subasta escribió en su cuenta de Instagram: “No puedo mirar. Para nosotros, sus amigos y familiares más cercanos, es muy triste”.
La publicación fue acompañada de una foto de Mercury tocando una guitarra de May. “Lo extrañamos mucho”. En medio de su indignación por lo que ocurre en la casa de subastas declaró: “Los efectos personales más íntimos de Freddie y los escritos que formaron parte de lo que compartimos durante tantos años pasarán por el martillo, serán vendidos al mejor postor y se dispersarán para siempre”.
Los fanáticos inundaron las redes protestando y sosteniendo que ‘la codicia se impuso’. Ante la avalancha de cuestionamientos Austin se defendió: “Durante muchos años he tenido la alegría y el privilegio de vivir rodeada de todas las cosas maravillosas que Freddie buscaba y tanto amaba. Pero los años han pasado y ha llegado el momento de tomar la difícil decisión de cerrar este capítulo tan especial en mi vida”. Aseguró es que parte de las ganancias serán donadas al ‘Mercury Phoenix Trust’ y la ‘Fundación Elton John’ para el sida; dos organizaciones involucradas en la lucha contra dicha enfermedad.
Los objetos estuvieron en exposición durante un mes y fueron visitados por 140 mil personas. El martes se iniciaron las visitas para la venta y acudieron 2 mil personas de 61 países y recaudaron en cuatro horas más de 15 millones de dólares, en 59 lotes de objetos. Están programados cinco días más de ventas.
Al ingresar al local, uno se encontraba con un enorme bigote para dar la bienvenida a los compradores en busca de un recuerdo entre la codiciada selección de obras de arte, objetos personales, instrumentos musicales, vestuario y manuscritos de letras del tecladista.
La puerta de entrada de su mansión de Garden Lodge, decorada con grafitis de fans que expresaban sus condolencias tras la muerte del artista, fue el primer objeto en subastarse. El precio base subió de los 15 mil dólares y la puja llegó a medio millón. Pero la pieza más costosa fue el piano Yamaha con el que Mercury compuso los temas más emblemáticos de su carrera, ‘Bohemian rhapsody’, ‘Don’t stop me now’ o ‘Somebody to love’.
El instrumento fue vendido en unos dos millones de dólares. Mary Austin decidió ofrecer el piano sin reservas. “El precio es un récord para el instrumento de un extraordinario compositor”, dijo Sotheby’s en un comunicado. Mercury lo compró en 1975 por un millón de libras después de seis meses para encontrar ‘el instrumento ideal’ que diera vida a sus canciones.
El manuscrito del disco más exitoso del grupo, ‘Bohemian rhapsody’, escrito por Freddie, fue vendido por un millón y medio de dólares. Se trata de 15 páginas redactadas a mano con lapicero. Sus amigos y familiares, que conocían el carácter tan excluyente de Freddie, creen que no descansará en paz en su tumba sabiendo que manos extrañas han comprado sus más preciados objetos. Apago el televisor.
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