Este Búho alucina a la coyuntura política como un inmenso bufé con comida internacional y regional. El presidente Jerí saboreó un pan con hueveras, mientras posaba sonriente para la foto, Barnechea pidió unos chicharrones jugositos y crocantes, pero se atoró al probarlos. El chato Acuña se sirvió una paella española con bastantes conchitas, mientras exclamaba: ‘¡Una persona es feliz cuando logra su felicidad!’. Sé que se les hace agua la boca con mis ‘Piqueítos’, pero recuerden: el que se pica, pierde.
LA GENTE ESTÁ RABIOSA. Faltan escasos cuatro meses para ir a las urnas el próximo 12 de abril y existe gran decepción en los peruanos porque no hay un candidato que ilusione. El abanico de aspirantes es excesivamente grande, pero la mayoría son bastante grises y opacos.
La gente sigue esperando a uno que entusiasme, pero ya están todos los competidores en la línea de partida y no aparecerá nadie más. Por eso, como decía ayer la periodista Claudia Chiroque en entrevista con Trome: ‘Esta no es la elección de mejores candidatos, pero sí la oportunidad de ser mejores electores’.
Tiene razón. Ahora nos toca a los ciudadanos tomarnos un tiempo para investigar al personaje a quien pensamos darle nuestro voto. Si es un corrupto, o un mentiroso, o un sinvergüenza, o un ignorante, o un radical o un desconocido, debe ser desechado de inmediato.
¡QUÉ TAL CHICHARRÓN! No parece una buena decisión que el Jurado Nacional de Elecciones haya eliminado a Acción Popular tan fácilmente de las elecciones. Se trata de un partido antiguo y democrático que, aunque atraviesa serios problemas institucionales, es mucho mejor que varias de las organizaciones políticas que siguen en carrera y que en realidad son antros que cobijan al lumpen.
El mismo Alfredo Barnechea, el eliminado candidato a la presidencia, quien tal vez no tenga tanto carisma, es un tipo culto e inteligente que, comparado con la mayoría de los que postulan al sillón de Pizarro, parece Albert Einstein.
QUÉ ESTAREMOS PAGANDO. En esa sábana que es la cédula de sufragio, en la que ahora deben aparecer 36 postulantes a la presidencia, además de vicepresidentes, senadores, diputados y parlamentarios andinos, hay rateros, representantes de la minería ilegal, del narcotráfico y toda clase de delincuentes.
Es penoso y una tragedia para el país que, después de lo que vivimos con Pedro Castillo, tengamos que elegir entre tantos impresentables. Porque es probable que salga elegido otro enemigo de la democracia y de las libertades que nos empuje al abismo. Tuvimos muchísima suerte de librarnos del nocivo Castillo y de sus secuaces que estaban saqueando la caja del Estado, de por sí ya en crisis. La llegada al poder de otro igual o peor sería una condena para el Perú.
LUNA Y ACUÑA. El congresista José Luna Gálvez, para quien la Fiscalía pide 22 años de prisión como presunto cabecilla de la organización criminal Los Gánsteres de la Política, es uno de los más discutidos personajes que postula a la presidencia del Perú con Podemos. Lleva como vicepresidente a un radical resentido y rabioso como Raúl Noblecilla.
César Acuña, el gobernador regional de La Libertad que se la pasó haciendo viajes de placer al extranjero mientras su tierra se desangraba debido a la delincuencia más salvaje, también sueña ser jefe de Estado con Alianza Para el Progreso. Se dedicó a poner a sus allegados como ministros de Dina Boluarte y a ubicarlos en puestos clave en el Congreso y otras instituciones del Estado. Luna y Acuña tienen gran poder económico que utilizan para concentrar más poder. Es el mercantilismo de la política que no trae nada bueno.
LAS MAFIAS MATAN PERIODISTAS. El asesinato del periodista Fernando Núñez Guevara, en la ciudad de Guadalupe, La Libertad, no debe quedar impune. Dos sicarios en moto lo acribillaron cuando se desplazaba por la Panamericana Norte. No se trató de un robo, sino de un homicidio planificado que debe ser investigado.
A través de su programa digital ‘Kamila Noticias’ criticaba a autoridades de su región y denunciaba a la delincuencia. Lo más probable es que detrás esté alguna mafia criminal que no le perdonó algún destape. Es el tercer periodista asesinado este año, pues antes lo fueron Gastón Medina en Ica y Raúl Celis en Iquitos. Ambos, por gatilleros que fueron de frente a matarlos y no les robaron nada. Si no queremos ser como México, no podemos normalizar esta situación. La policía debe capturar y sancionar con el máximo castigo a los autores intelectuales. Apago el televisor.
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