Este Búho terminó de ver la serie argentina de, centrada en la vida de uno de los íconos del rock argentino, Fito Páez, y sintió una tremenda nostalgia. Soy contemporáneo del músico nacido en Rosario. Recuerdo que en 1984 me había llegado desde Buenos Aires su disco debut ‘Del 63′. Y en 1985 también la placa que lo consagró, el ‘Giros’ (con temas clásicos ‘11 y 6′, ‘Yo vengo a ofrecer mi corazón’). Y un año después sucedió lo increíble: conocí al mismísimo Fito durante el festival de música SICLA, que organizó el gobierno.

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Fue en la Plaza de Acho donde tocaron , entre otras estrellas. Este columnista, jovencito, chambeaba en ‘producción del escenario principal’ de Acho, pero en realidad les alcanzábamos café, infusiones, licores, alimentos del ‘Mesón de Acho’ a los músicos extranjeros con los que intimábamos.

En esas circunstancias sucedió la tragedia para Fito. Ingresó a tocar después de Baglietto, pero los miles de espectadores habían copado Acho para escuchar a ‘Los Shapis’, que ya habían trepado al escenario secundario mientras el argentino iniciaba su show. Al darse cuenta, las graderías comenzaron a pifiarlo, reclamando a los chicheros.

El responsable de toda la parte artística, un trovador con el apellido de un defensa colombiano asesinado, cometió el peor error de su vida: le cortó el sonido a Páez, que interpretaba ‘Giros’, y dio pase a ‘Chapulín el dulce’. Esa humillación no se le debía hacer ni a un músico novato. ¡Y menos a un artista de talla internacional! El joven rosarino salió llorando. No les miento que este columnista, junto a mis compañeros de chamba, Roberto del Águila, el cantante de Cementerio Club, Pedro Solano, lo abrazamos y consolamos por la injusticia cometida.

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Fito Páez al Búho: “Che negro, ¿por qué me cortaron?”

Fito me decía lloroso: ‘Che negro, ¿por qué me cortaron?, ¡si eso suena peor que un timbre!’. Recuerdo que le alcancé un vaso de pisco Biondi para que se calmara. El tecladista tenía 23 años. Ni él ni nadie imaginaba que doce años después lanzaría ‘El amor después del amor’ (1992), el disco más vendido en la historia de la música popular argentina. Con más de un millón de unidades compradas hasta el año 2012. Grabaría veinte discos más y ganaría un Grammy internacional y 11 Grammy latinos. La música, como el fútbol, también te da revanchas.

La serie, de ocho capítulos, sobre todo los primeros, va más allá de la historia musical del astro. El ambicioso guion nos muestra la historia trágica de su infancia. Su madre pierde a su hermana mayor durante el parto y muere de cáncer cuando Fito solo tenía ocho meses.

El vacío que deja su progenitora, una concertista de piano y profesora de matemáticas, será inmenso. Lo crían su abuela, una tía y un padre melómano que lo hace tomar clases de piano desde los cinco años. Lustros después, siendo una estrella del rock consagrada, su querida abuela, la tía y una empleada fueron brutalmente asesinadas en su casa y él no pudo resistir el golpe y se sumergió en el mundo de las drogas y el alcohol. Todo eso lo registra la serie.

Pero en la adolescencia el muchacho vivió los terribles años de la dictadura militar. Los jóvenes como el protagonista, que tiene un grupo musical, no pueden reunirse en la noche por las ‘batidas’ de la policía. Las mejores partes de la serie comienzan con su ingreso al mundo del rock en serio.

Su suerte cambia, al ingresar como tecladista y compositor a la ‘Trova Rosarina’, que comandaba el notable cantante Juan Carlos Baglietto. Con el grupo logran una invitación a un festival en Buenos Aires, allí Fito ‘la rompe’ y es visto por la más grande estrella del rock en el país: (asombrosamente encarnado por el músico Andy Chango), quien señala la pantalla y a Páez: ‘¡Ese me está imitando!’. Pero días después le dice a su mánager: ‘Quiero a ese rosarino en mi banda, es medio hippie, pero es bueno’.

Así, con 20 años ingresa a la superbanda de García en 1983, para los conciertos de la presentación del disco ‘Clics Modernos’ y conoce a la mujer que le cambiaría la vida. La que sería su primer gran amor: la tremenda cantante de Los Twist, Fabiana Cantilo, con la que vivirá los más intensos momentos de amor, desamor, excesos (de ella) en una relación que duró seis años y terminó por decisión de Cantilo y lo sumió en una profunda depresión emocional y creativa.

Ella lo había introducido en el mundo bohemio, talentoso y malogrado de los músicos. Las partes donde aparece Charly son de las mejores de la producción. Los amantes del rock estarán de plácemes viendo resucitar al mítico Federico Moura (Dante Brui) y Virus en vivo.

También veremos desfilar grabando con Fito el disco que da nombre a la serie a Andrés Calamaro (Javier Morado), Luis ‘Flaco’ Spinetta (Julián Kartun) o Celeste Carvallo. Cuando conoció a la actriz Cecilia Roth, en una fiesta de ‘ambiente’ en José Ignacio (Uruguay), vuelve a vivir. Ella ya lo había cautivado una década atrás en la película de Pedro Almodóvar: ‘Laberinto de pasiones’ (1982). Resucitó por todo lo alto su creatividad en un proyecto distinto. Un proyecto que sería el fruto de ‘El amor (Cecilia) después del amor (Fabiana)’. Imperdible. Apago el televisor.

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