Este Búho no puede dejar de sorprenderse con el inicio de las celebraciones por la toma de mando del 45 presidente de los Estados Unidos. En este caso, Donald Trump. Ayer, el magnate multimillonario arrancó colocando una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido en el cementerio de Arlington. Luego, estuvo presente en el concierto de bienvenida frente al monumento a Lincoln, llamado ‘Haz América grande de nuevo’.
Pero hoy, el de la rubia y platinada cabellera juramentará al cargo en las escalinatas del Capitolio. Y lo hará con miles de manifestantes repudiando sus actitudes racistas, su prepotencia, su vulgaridad y sus peligrosos devaneos con el líder ruso Vladimir Putin. Donald Trump, según los analistas, es una ‘bomba de tiempo’, y les hace evocar un dicho sabio: ‘A la presidencia puede llegar cualquiera, pero no cualquiera puede gobernar’.
Nadie puede creer que un tipo como Donald Trump, a quien le cae a pelo ese tema de Joaquín Sabina sobre Christina, la hija del magnate griego Aristóteles Onassis, que dice ‘era tan pobre que no tenía más que dinero’, pueda ser el sucesor de Barack Obama.
En su mensaje de despedida, el líder saliente escribió a sus compatriotas: “Ustedes me convirtieron en mejor presidente y ustedes me convirtieron en mejor persona”. Todo lo contrario a Donald Trump, que entró en tropel con su ‘mancha’ de empresarios que no saben un carajo de la función pública y de gobierno, porque nunca la han ejercido. Los analistas sostienen que desde hace quince presidentes anteriores, nunca asumió el máximo cargo alguien que no haya sido gobernador o congresista. Y eso es una desventaja. Incluso, para cuestiones de defensa, se ha rodeado de un grupo de generales retirados y dirigidos por un militar también en retiro, que hizo una fortuna con negocios en esa misma rama. Increíble.
Al darse esta situación de inexperiencia gubernamental en la más alta cúpula de la Casa Blanca, se prevé que debería existir un cambio en la estructura de gobierno.
Para continuar con la poca simpatía que proyecta, no hay que olvidar el gran cachetazo que recibió cuando pretendió realizar un espectáculo musical para que su toma de mando supere a la de Obama, quien tuvo a Stevie Wonder, Beyoncé, Mariah Carey y Jay Z, entre otras figuras de la música. Donald Trump quiso convocar a estrellas ‘blancas’ de la música como Elton John, Céline Dion, Andrea Bocelli y otras más, pero todas le cerraron la puerta en la cara. Se tendrá que conformar con la presentación de una chica de 16 años que cantará el himno nacional. Ella ganó celebridad en el programa ‘América tiene talento’. Pero desde antes de la toma del mando ya se vislumbra que la estadía del magnate en la Casa Blanca estará plagada de escándalos.
Su segunda esposa Marla y su hija Tiffany protagonizaron uno mayúsculo. Ellas acudieron a la mejor maquilladora y peinadora de políticos de Washington para que las ‘produjeran’ para la ceremonia. Resulta que cuando la empresaria de belleza les alcanzó la cuenta, Marla y su hija le dijeron que no les cobre, pues eran ‘familia del presidente’ y ‘te vamos a hacer gran publicidad’. La dueña del spa, que ha atendido a primeras damas en más de una ocasión, le dijo que así sea la esposa, la ex o la consorte de Donald Trump, ella no trabaja gratis. El escándalo estalló en los medios de inmediato. La comunidad internacional está con los crespos hechos.
El nuevo presidente se mantiene en su bravata de construir un muro que divida la frontera con México y hará ‘que lo pague ese gobierno’. Mis lectores me preguntaban: ‘Búho, ¿por qué ganó ese vulgar y racista de Donald Trump?’. Les dije que fue un error pensar que con el voto de los hispanos, los afroamericanos y otras minorías le alcanzaba a Hillary Clinton para vencer a su contrincante. Desde hoy empezamos la era Trump. ¡Dios nos coja confesados! Apago el televisor.