Opinión

Atentado contra la amazonía

El fotógrafo Gary nos habla sobre los desastres ambiental en lotes de explotación de Petroperú.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso picante de carne con su arrocito blanco y rocotito molido. También se pidió una jarra de chicha morada heladita, que es buena para prevenir el cáncer. “María, los últimos derrames de petróleo en la selva peruana son un verdadero atentado contra la ecología y una clara demostración de la incapacidad de los responsables de , la empresa estatal causante de este nuevo desastre ambiental.

El primer derrame ocurrió el 25 de enero en Chiriaco (Amazonas) y el segundo el 3 de febrero en Morona (Loreto) y sucedieron porque la empresa no cumplió con la adecuación de los ductos. Tras este escándalo mundial, hasta el flamante ganador del Oscar, el actor Leonardo DiCaprio, deploró lo sucedido y el presidente de esa institución, Germán Velásquez, anunció que ‘algunos funcionarios’ habían sido removidos de sus cargos. Además, dijo que estaban realizando una evaluación integral de todo el Oleoducto Norperuano para determinar si existen otros tramos en riesgo. O sea, todos tienen la culpa menos el titular de Petroperú, que continúa bien campante en su puesto. ¿Por qué no renuncia? ¡Esto es inaudito! En otros países, los culpables de lo ocurrido, incluso, ya estarían en prisión.

No se trata de un simple derrame que solo malogra el paisaje. Son al menos tres mil barriles de petróleo que cayeron en los ríos Mayuriaga y Chiriaco, así como en el suelo, que mataron a una cantidad incalculable de flora y fauna. Los pobladores del lugar afirman que el crudo cubrió unos 30 kilómetros del río Chiriaco, antes de llegar al Marañón. Además, fueron declarados en emergencia sanitaria varios distritos que abarcan numerosas comunidades y cinco etnias amazónicas. Se cree que al menos hay dos mil damnificados. Las labores de limpieza ya comenzaron, pero el gobierno señala que restaurar la vida animal y vegetal tomará al menos un año.

La verdad, es difícil de creerles. Pero este no es el único caso de asesinato de la naturaleza en el Perú. En Madre de Dios, los mineros ilegales que extraen oro han destrozado unas treinta mil hectáreas de los más bellos bosques de la Reserva Nacional de Tambopata. Donde antes todo era verde y había miles de árboles y bellos animales, hoy es un gigantesco cementerio donde parece haber sido detonada una bomba atómica.

Cómo es posible que unos cuantos delincuentes que se han hecho multimillonarios explotando a miles de mujeres, niños y adultos pobres, a los que hacen trabajar en condiciones infrahumanas, destruyan el patrimonio del Perú para hacerse más ricos y que no les pase nada. En el lugar hay cientos de campamentos ilegales, que son territorios sin ley, donde niñas son prostituidas y muchos son asesinados. Los dueños de las dragas, los responsables de estos crímenes, deben ser encerrados en la cárcel. Actúe, presidente Ollanta Humala”. Qué terrible. Me voy. Cuídense.

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