Sin sacrificio, trabajo y esfuerzo, no se puede obtener éxito, y eso lo sabe muy bien Fiorella Quispe Anaya (18), una joven peruana, hija de dos valientes emprendedores, que gracias a un intenso ritmo de estudio, pudo ingresar a tres universidades públicas en Francia, y ahora estudiará medicina en la ‘Université Sorbonne Paris Cité’.
“Postulé e ingresé a tres universidades. Una de ellas es la ‘Universidad de Estrasburgo’, y las otras dos son herederas de la Universidad de París: Una de ellas es ‘Université Sorbonne Paris Cité’ y ‘Sorbonne University’. Postulé a las tres universidades a la vez, y para poder hacerlo, lo hice a través del programa ‘Bachillerato Internacional’, que me ofrecía mi colegio”, nos detalla.
Al respecto, Fiorella Quispe también nos explica en qué consiste este ‘Bachillerato Internacional’, y nos revela que un año antes de terminar la secundaria, su institución educativa ‘Los Sagrados Corazones Recoleta’, de La Molina, le explicó en qué consistía este programa.
“En 4º de secundaria, nos explicaron el funcionamiento del ‘Bachillerato Internacional’. Lo que pasa que en Europa te piden 12 años de educación, y en el Perú son solo 11, 6 de primaria y 5 de secundaria. Entonces, este programa es llevar un bachillerato. El 5 de secundaria es el primer año del bachillerato, y estudiamos un año más, que es el segundo año, en donde te piden un mínimo de 24 puntos sobre 45. Yo obtuve 34 (…) Mi 5º de secundaria fue en el 2022, y el segundo año de bachillerato en el 2023, pero febrero del 2024 fue mi graduación”, señala.
Culminado este programa, señala Fiorella, no garantizaba el ingreso a las universidades, por el contrario, se cumplía un requisito importante, pero luego faltaba un proceso adicional, que también superó.
“Hacer el bachillerato, y terminarlo con buenas notas, era uno de los requisitos que tenía que tener. Si bien no tomé un examen de admisión, hubo una serie de cosas que hacer después. Una de ellas era presentar mi Hoja de Vida a estas universidades, en donde debes poner tus logros desde la primaria hasta la secundaria, como los idiomas que dominas. Mi desempeño académico en el colegio siempre fue notable, tenía varios diplomas que acreditaba esto, y me pidieron cartas de recomendación, que se las pedí a mis profesores del segundo año del bachillerato, cartas para detallar de por qué debía ser escogida, y las notas del bachillerato. Esas cuatro cosas son las que más peso tuvieron”, detalla.
Quispe Anaya recuerda que luego de optar por afrontar este gran reto educativo que implicaba el ‘Bachillerato Internacional’, su ritmo de estudio cambió de forma considerable, tanto así, que hubo días en los que tuvo que despertarse en la madrugada para estudiar, y algunos días, solo pudo dormir unas 6 horas.
“El proceso de estudio fue intenso. Empezábamos clases de 7:30 de la mañana, hasta 4:25 de la tarde. Llegaba a mi casa como a las 5:15 y lo que hacía era cambiarme, y una hora después, empezaba a revisar lo visto en las clases, porque los temas eran pesados. En promedio, estudiaba tres horas después del colegio. Hubo veces donde me quedaba repasando hasta la medianoche o la 1 de la mañana. Hubo días que incluso me acostaba a las 12 y me levantaba a las 4 de la mañana, para estudiar dos horas”, recuerda.
Ese no fue el único sacrificio que tuvo que afrontar, nos revela: “En medio de ese ritmo, hacía pausas. Claro que no podía cenar como me hubiera gustado, con mi familia, porque tenía profesores de refuerzo para ver algunos temas, porque quería mejorar mi rendimiento, y por eso he tenido horarios de estudios amplios. Muchas veces eran clases virtuales”.
Asimismo, nos indica que la intensidad de sus estudios incrementó, ya que como parte de este programa internacional, se agregaron cursos que en algunos casos, fueron difíciles, más no imposibles, de afrontar.
“Como igual tienes que graduarte al nivel del sistema educativo peruano, lo que se hace en 5º año es que llevas curso del propio ‘Bachillerato Internacional’, pero también llevas cursos de la currícula nacional. Ya en el segundo año del bachillerato, que podríamos decirle que era como un ‘6º de secundaria’, llevas cursos netamente del bachillerato. En 5º, por ejemplo, los cursos que adicionaron fueron Lengua y Literatura, Monografía, Teoría del Conocimiento, Comunidad-Actividad-Servicio (CAS). Este último servía como ayuda social. En 5º de secundaria, realizamos video-cuentos para niños hospitalizados en el Hospital del Niño”, explicó.
No obstante, Fiorella remarca que un factor importante en su régimen de estudio, fue el apoyarse bastante en los libros, y visitar constantemente la biblioteca, lo cual utilizaba mucho más que la Internet.
“Internet fue complementario, y me ha servido mucho; pero a veces encontraba libros en la web que me llamaban la atención y que me podían ser útiles, pero no encontraba la versión digital. Por eso, muchas veces acudía a la biblioteca, para poder encontrarlos. Pero, en lo personal, siempre he tenido preferencia por los libros físicos, por los convencionales. Leo bastante, me encanta la literatura, y si bien la mayoría de las cosas que ahora leemos es digital, pero nada supera la experiencia de abrir un libro, leerlo, colocarle notas. Aparte, la biblioteca tiene ese entorno tranquilo, silencioso, para poder estudiar y concentrarme”, sostiene.
En este arduo camino, Fiorella señala que no solo logró conseguir sus objetivos gracias al apoyo de sus padres y de su familia, sino también de sus amigos del colegio, quienes al igual que ella, optaron por afrontar el reto del ‘Bachillerato Internacional’.
“Felizmente, la gran mayoría de mis amigos, decidieron hacer el programa del ‘Bachillerato Internacional’. Todos estábamos en la misma situación, sabíamos lo exigente que era y que teníamos que esforzarnos y estudiar al máximo. Nuestra relación se transformó, porque ahora todo se basaba en el bachillerato, nos reuníamos para hacer grupos de estudio, nos ayudábamos entre todos. Nos volvimos como una familia. Las salidas se volvieron hasta educativas, porque decíamos ‘vamos a la biblioteca, porque podríamos encontrar un libro que nos ayude’, y ese tipo de reuniones sosteníamos”, sostiene.
Ella nos cuenta que si bien fue admitida a las tres universidades, optó por la ‘Université Sorbonne Paris Sité’, al ser la mejor ubicada en el ranking, respecto a la carrera que eligió, que es medicina.
“Decidí quedarme con esta universidad, porque a nivel de ranking, a nivel mundial, en cuanto a medicina, esta es considerada como la mejor facultad de medicina en Francia”, indica.
Sobre la carrera elegida, ella señala que a pesar de tener una gran pasión por la lectura, también le encanta la ciencia.
“Siempre he sentido gran curiosidad y pasión por la ciencia, desde muy chiquita. Si bien también me ha gustado la literatura, eso me generó un conflicto, porque soy una apasionada de las letras y la ciencia, y hasta en un punto llegué a pensar ‘¿hacia dónde voy? Si me va bien en ambas cosas’. Pero opté por medicina, porque me atrajo, en mi segundo año de ‘Bachillerato Internacional’, me atrajo leer mucho las publicaciones científicas. Me sentí maravillada. Creo que medicina logró juntar la pasión que yo tenía por la ciencia, por aprender, y esa otra parte de todo lo que tiene que ver con la labor social, con ayudar a los demás. Fue la combinación perfecta de dos cosas que me gustaban”, afirma.
No solo eso, ella también nos cuenta que domina el francés y el inglés, por lo que el idioma no será un problema para sus estudios.
Fiorella Quispe viajará a Francia el viernes 30 de agosto, y lo hará en compañía de su mamá, quien la ayudará a instalarse, para así afrontar su reto universitario.
No solo eso, afirmó que culminado sus estudios, buscará regresar al Perú, para compartir sus conocimientos.
“Tal vez, en un futuro, ser ministra de Salud, ¿por qué no? De todas maneras, quiero regresar, y ayudar a mi país, y retribuir todo lo que siento que me ha dado mi país”, señala.
Fiorella también destacó el segmento escolar del ‘diario Papá’, y envió un saludo a nuestros lectores.
“He revisado la sección escolar de Trome, y me pareció bastante genial. He visto también historias de jóvenes, que fueron entrevistados anteriormente, y me pareció súper cuando contaban sus anécdotas e historias. Me sentí identificada”, finalizó.
Contenido GEC