El ritmo acelerado de vida y las relaciones cada vez más fugaces han convertido el sexo en una práctica rápida que solo tiene que ver con el placer. Sin embargo, una nueva tendencia de relaciones sexuales tiene otra idea más profunda y mucho más satisfactoria.
Estamos hablando del Slow Sex, lo último en prácticas sexuales que espera cambiar el modo en el que vemos el placer sexual y las relaciones de pareja. Según esta tendencia, los involucrados deben compenetrarse más durante el sexo, lo que repercute positivamente en la relación.
El Slow Sex consiste en disfrutar del sexo con calma y retrasar la eyaculación lo más que se pueda con dos finalidades. La primera, prologar el tiempo de las relaciones sexuales y la segunda, hacer que el orgasmo sea más intenso.
Para lograrlo, deben hacerse pausas eróticas durante el sexo. Por ejemplo, puedes mirar fijamente a los ojos de tu pareja poco después de haber empezado para emplear más tiempo y crear un vínculo más profundo.
Asimismo, es necesario concentrarse en los puntos netamente sexuales del cuerpo y aprovechar todos los sentidos. Pueden untar aceite en sus cuerpos, utilizar hielo y alimentos y bebidas afrodisiacas para acentuar el placer.
También es recomendable emplear juguetes eróticos para estimular aún más los sentidos. Lo que sí debes evitar es la penetración excesiva, es decir mantener un ritmo muy pausado y usar otros recursos para generar placer.
Finalmente puedes parar un momento para conversar sobre fantasías y temas sexuales. Este es un momento ideal para decir las cosas que no se atrevieron a revelar cuando no estaban excitados.
Cabe indicar que una investigación publicada por Journal of Sexual Medicine encontró que la duración del acto sexual estándar de los estadounidenses es de entre 7 y 13 minutos. Lo que propone el Slow Sex es prolongar ese tiempo para generar más placer y mayor compenetración en la relación.
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