Salvo que sea verano y estemos en la piscina, playa o campo, pocas veces caminamos descalzos. Ya sea por miedo a lastimarnos los pies, resfriarnos o ensuciarnos, nos cuesta poner en práctica este hábito que trae muchísimas ventajas para todo el organismo y, sobre todo, es súper beneficioso para nuestra salud mental.
“Los pies tienen muchas terminaciones nerviosas que se estimulan cuando caminamos sin zapatos, sobre todo si lo hacemos sobre superficies naturales como plantas, tierra o arena, y esto logra reducir el estrés y la ansiedad notoriamente, además mejora nuestra circulación sanguínea”, explica el psicólogo Ítalo Arrúe.
El experto en salud mental enumera tres beneficios de caminar descalzos:
Tener pie diabético no te impide practicar este hábito. Solo sé más cuidadoso y asegúrate que la superficie a pisar esté limpia y libre de objetos que podrían lastimarte.
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