Origen del signo de interrogación. Foto: Istock.
Origen del signo de interrogación. Foto: Istock.

Los signos de interrogación que usamos al escribir, ‘¿’ y ‘?’, esenciales en el idioma castellano para que el lector entienda el sentido de lo que decimos, en este caso que se pregunta algo, no se han usado siempre y su origen se encuentra en la Edad Media.

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A fin de evitar confusiones en las comunicaciones, filólogos —estudiosos de las lenguas, incluido su origen y evolución— señalan que los signos de interrogación que abren (¿) y cierran una frase (?) provienen de la forma abreviada de la palabra latina ‘quæstio’, que significa ‘pregunta’.

Al inicio y al final de la frase, indican, se escribía ‘qo’ para abreviar la palabra ‘quæstio’, cuando se indicaba que la frase era interrogativa.

Origen del signo de interrogación. Foto: Internet.
Origen del signo de interrogación. Foto: Internet.

Después, con el uso frecuente y por el principio de economía del lenguaje (tendencia a expresar lo máximo con el menor esfuerzo posible), con el tiempo se pasó a usar la ‘q’ sobre la ‘o’, lo que dio lugar a la forma actual del signo ‘?’ (como combinación de la ‘q’ encima de la ‘o’).

En el castellano, para darle el sentido a la pregunta desde un inicio de la lectura, el indicador de interrogante debe usarse obligatoriamente al inicio y al final de la frase de pregunta ‘¿’ y ‘?’, mientras que en el inglés solo se usa el signo de interrogación ‘?’ al final de la oración.

DATITO

Los signos de interrogación (‘¿’ y ‘?’) delimitan las oraciones interrogativas directas, indicando al lector que se trata de una pregunta. Ayudan a evitar malentendidos y aseguran que la pregunta se comprenda como tal.

Además, permiten dar una entonación adecuada al marcar la necesidad de una entonación interrogativa al leer la pregunta, lo que ayuda a transmitir el sentido de la pregunta.

También distinguen entre una pregunta y una afirmación si la estructura de la oración es la misma.

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