La autoestima en los niños es un pilar fundamental para su desarrollo emocional y social. Para fomentarla es clave ofrecerles un entorno seguro, donde se sientan valorados por quienes son y no solo por lo que logran.
En casa, los padres pueden reforzar su autoestima reconociendo sus esfuerzos más allá de los resultados, escuchándolos con atención y evitando críticas destructivas o incluso comparaciones con hermanos, familiares o amigos.
Es importante establecer límites claros, ya que esto les proporciona estructura, seguridad y confianza.
En la escuela, los maestros juegan un rol crucial al fomentar un ambiente inclusivo que valore la diversidad y promueva la cooperación en lugar de la competencia.
Reconocer las fortalezas individuales de cada niño y permitirles cometer errores sin miedo al juicio les ayuda a construir una percepción positiva de sí mismos.
Cuando los adultos modelan el respeto y la empatía, enseñan a los niños a valorarse y enfrentar desafíos con confianza.
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