El azúcar está presente de forma natural en muchos alimentos, como la fruta y la leche, que aportan energía y favorecen el desarrollo de las funciones cognitivas de nuestros hijos; sin embargo, el consumo de azúcares añadidos, que encontramos en comidas y bebidas envasadas, trae un sinfín de problemas para su salud.
La nutricionista de la Clínica Internacional, Giulianna Saldarriaga, advierte que un niño que consume azúcares en exceso está propenso a sufrir de obesidad, colesterol, triglicéridos altos, diabetes, hígado graso e incluso tener un comportamiento hiperactivo.
“Si el pequeño consume azúcares añadidos, quitarle esa costumbre no será sencillo, pero se debe hacer de forma progresiva y, sobre todo, explicándole por qué se hará ese cambio en su alimentación”, recomienda Saldarriaga.
Ante esto, nos brinda consejos para reducir su consumo sin que tu pequeño sufra en el intento:
En vez de echarles azúcar a las infusiones o aguas de tiempo, se puede optar por la miel.
En lugar de jugos que llevan azúcar, puedes ofrecerle fruta picada para que sienta su dulzor natural.
Como alternativas tenemos la estevia orgánica y el fruto del monge, que son excelentes opciones para sustituir el azúcar refinada.
DATITOS
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