
Lo normal es que la vagina tenga un flujo cuyo color es blanco o incluso transparente y que no tiene mal olor; pero si notas que tu flujo se hace muy abundante, con mal olor, te produce picazón o dolor, te salen ampollas en la región genital, el flujo se acompaña de sangrado o cambia de color, o es de consistencia, entonces debes ir al ginecólogo para que puedas ser examinada.
Las principales causas de alteración del flujo vaginal son los cambios hormonales (y puede ser esto normal durante el embarazo o en la menopausia); la segunda causa son las infecciones, específicamente las de transmisión sexual como la Chlamydia o la gonorrea.
También es normal que exista un aumento de la secreción vaginal por la excitación sexual y que notes que luego de tener una relación íntima tu vagina está más húmeda. La actividad física o un desequilibrio de los microorganismos que cuidan la vagina -que forman la microbiota- también producen una alteración de tu flujo.

Estos tips te pueden ayudar a mantener la salud de tu flujo vaginal: limpia de adelante hacia atrás luego de ir al baño, evita ropa ajustada, usa prenda interior de algodón durante el día y de noche duerme sin trusa, no uses aerosoles o perfumes en la zona íntima, tampoco duchas vaginales, y báñate a diario y seca la zona con palmaditas, nunca frotes. Evita las tinas y jacuzzis, y el papel higiénico perfumado o de color.
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