
Aunque parezca paradójico, el no comer sí engorda, al igual que una mala alimentación. Y es que cada vez se difunden por internet dietas extremas y milagrosas que prometen bajar de peso rápidamente.
El problema real es que lo recomienda un influencer o persona que de salud y nutrición sabe nada y solo quiere vender un producto.
Nada de eso se cumple, ya que año a año sale un nuevo personaje ofreciendo esta maravilla, inclusive algunos profesionales promocionan productos solo por dinero.
Estas dietas carenciales hacen que el organismo entre en fase de ahorro energético, es decir, desnutren al cuerpo consumiendo la masa muscular y aparentemente se pierde peso, pero al volver a comer una dieta habitual, nuevamente se sube y hasta el doble.

Aquí entran los ayunos y las mal llamadas dietas Keto. Una buena evaluación médica es lo único que nos dirá cuáles son nuestros requerimientos nutricionales y si estamos frente a un problema metabólico, hormonal o psicológico, y qué medidas tomar.