La orden del Tribunal Constitucional (TC) para que el acuerdo de colaboración eficaz que firmó la empresa corrupta Odebrecht sea hecho público, es un triunfo de la libertad que tenemos los peruanos de conocer la verdad de un suceso que nos compete como país. El artífice —y hay que reconocerlo como tal, así su estilo les guste a unos y a otros no— ha sido el periodista Phillip Butters, quien durante años batalló incansablemente, junto con su abogado Wilber Medina, para que ese documento se conociera públicamente.
Es importante recordar siempre que ese pacto fue firmado en el año 2019, exclusivamente, por los fiscales del caso Lava Jato, Rafael Vela y José Domingo Pérez, y los funcionarios de la empresa brasileña. Desde esa fecha era mantenido como un secreto de Estado y bajo siete llaves. Solo ellos lo conocían, lo cual “vulneraba el derecho fundamental de acceso a la opinión pública”, según argumentó el TC.
¿Por qué Vela y Pérez no querían que saliera a la luz todo lo que acordaron con los funcionarios corruptos de Odebrecht? El documento fue entregado a Butters el viernes. Ese mismo día el periodista difundió un primer hallazgo que involucra al exministro de Defensa Mariano González, el ‘ministro del amor’, con Odebrecht. Pero eso es apenas el comienzo.
En el año 2019, el mismo día que se firmó, empezó a trascender que esa negociación había sido totalmente favorable para esa compañía y lesiva para el país. “Ese día se abrieron botellas de champán en las oficinas de la empresa corrupta Odebrecht. Había motivos para celebrar: lograron un acuerdo ventajoso con el flamante fiscal coordinador del caso ‘Lava Jato’, Rafael Vela, que excluye y archiva los procesos de esa empresa y sus funcionarios”, escribí en esa oportunidad.
Para llegar a ese pacto se separó al impecable fiscal Hamilton Castro y en su reemplazo se nombró a Vela. Ese cambio fue un error del entonces fiscal de la Nación Pedro Chávarry. Castro se oponía radicalmente a ese entendimiento y se disponía a realizar embargos y detenciones.
Rafael Vela y Domingo Pérez hicieron lo contrario: no tomaron ninguna medida represiva ni de incautación, a cambio de que los brasileños delataran a políticos de alto perfil mediático, como Ollanta Humala, Keiko Fujimori, Alan García y Pedro Pablo Kuczynski.
Le permitieron a Barata —su delator estrella— quedarse con todo su dinero, propiedades y salir del país sin ningún problema. Le facilitaron a Odebrecht vender la hidroeléctrica de Chaglla en S/ 524 millones y le perdonaron una millonaria deuda tributaria.
Luego se supo que la empresa brasileña solo reconocía cuatro casos de corrupción, por lo que pagaría una indemnización de S/ 710 millones en cuotas hasta el año 2034. Una ganga al lado de los millones de dólares que se embolsicó. Ahora se corroborará eso y se conocerá todo lo demás.
Pero no será fácil. La entrega del acuerdo a Butters ha originado el temor de los fiscales Vela y Domingo Pérez. Dos portales web, adictos a ellos, publicaron el domingo y ayer lunes el documento. Es decir, Butters se demoró un largo tiempo para que se lo dieran, y ellos, en cuestión de horas, lo consiguieron. No hay que ser adivinos para saber quién se los dio.
Ya empezaron a maquillar los hechos a favor de sus dos fiscales, pero la verdad siempre prevalecerá. Nos vemos el otro martes.
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