La tarde del último sábado dejó una estampa de miedo en La Victoria. Eran poco más de las seis cuando un grupo de vándalos, armados con cuchillos y bombardas, irrumpió en el parque Francisco Graña, en la zona 39, desatando una gresca que tomó por sorpresa a decenas de familias que disfrutaban del fin de semana.
Testigos contaron que los sujetos serían presuntos barristas que se dirigían al estadio Alejandro Villanueva y que, al cruzarse con otro grupo rival, iniciaron una pelea sin importar que el lugar estuviera lleno de niños. La violencia se liberó en cuestión de segundos.
Pese a la presencia de policías y serenos, varios individuos lanzaron bombardas dentro del parque. Una mujer escapó con su hijo en brazos, mientras pequeños que jugaban en los columpios corrían sin entender por qué el aire se llenaba de estallidos. “Había niños, yo también corrí porque empezaron a lanzar bombardas”, contó un vecino.
Los vecinos aseguran que nunca habían visto algo parecido. En cada estallido, el parque se iba quedando vacío, mientras quienes buscaban refugio se alineaban tras las puertas de sus casas, temiendo que alguien intentara ingresar.
En medio del descontrol, varios de los involucrados corrieron por la calle Enrique Encina. Algunos intentaron ocultarse en viviendas cercanas para escapar de la policía. “Me decían: por favor, sálveme. Se metieron a otra casa a acostarse para esconderse”, relató una vecina que aún no se recupera del susto.
La gresca dejó vehículos dañados en los alrededores. Un sujeto fue retenido por agentes de la Policía en plena vía pública. En el vecindario, los residentes seguían saliendo a la puerta solo para ver cómo los casquillos de bombardas y ladrillos quedaban regados en el camino.
Horas antes, en la urbanización Santa Catalina, las cámaras de videovigilancia ya habían captado una situación similar: un grupo de al menos diez presuntos barristas lanzando bombardas, objetos contundentes y ladrillos contra otro grupo de hinchas. Todo ocurrió cerca del cruce de la calle Encinas con la avenida Del Aire, en plena luz del día.
Las imágenes mostraron cómo, tras los primeros ataques, cientos de barristas ingresaron por una puerta peatonal abierta, desatando una turba que sembró el caos. Los vecinos denunciaron que esta vez la zona quedó desprotegida, sin el habitual resguardo policial que acompaña a los barristas rumbo a Matute.
Los enfrentamientos habrían sido entre hinchas de Universitario —que estaban tomando en el parque— y barristas de Alianza Lima, que irrumpieron sorpresivamente. Los vecinos no descartan que la agresión buscara “agarrar” a los rivales.
Según reportes preliminares, no se registraron heridos, pero sí daños materiales. Los habitantes del lugar no esconden su indignación: “No creo que sean hinchas de verdad. Esto pudo acabar en tragedia. Lanzaban bombardas directo al cuerpo, hay niños aquí”, declaró una vecina aún alterada.
Uno de los detalles más alarmantes es que los pobladores encontraron un casquillo de bala en el parque. Algunos aseguraron haber escuchado disparos y temieron una tragedia. “Podía matar a un niño. Aquí había familias, adultos mayores, todos corrieron”, lamentó un padre de familia.
Quienes viven en la zona dicen que es la primera vez que algo así ocurre y temen que se repita durante futuros eventos deportivos. Aseguran que en 40 años nunca vieron un episodio de violencia tan extremo en su barrio.
Ante lo ocurrido, exigen mayor presencia policial, un protocolo más estricto para el paso de barristas y medidas que garanticen la protección de las familias. Hasta ahora, sus pedidos no han sido atendidos, pero insisten en que no permitirán que el miedo vuelva a tomar sus calles.
Contenido GEC